Conecta con el consumidor y conviértelo en tu cliente. El branding emocional podría definirse así, pero sería reducir el potencial de este enfoque. La realidad es que el branding emocional genera conexiones, diferenciación y valor de marca.
El “cómo” consiste en construir una relación profunda con el cliente, viéndolo como mucho más que un comprador. Para ello, es imprescindible ser estratega, pero, sobre todo, ser empático y colocarse en el lugar del consumidor, entendiendo sus necesidades no solo de productos/servicios, sino de experiencias. No se trata solo de vender, sino de ofrecer y transmitir también unos valores.
“La gente no compra por razones lógicas. Compran por razones emocionales”.
— Zig Ziglar
Ejemplos de marcas que han trabajado su branding emocional hay muchos. Son aquellas que han logrado conectar con sus clientes y que estos las vean como más que una empresa. Disney, Apple, Dove… Son casos de éxito reconocidos y evidentes, pero el branding emocional también es apto (y beneficioso) para empresas más pequeñas, como Heura, Platanomelón o Nice Things.
¿Qué es el branding emocional?
Hasta ahora hemos dado algunas pinceladas sobre qué es el branding emocional y cómo esa segunda palabra (“emocional”) es el gran pilar de su definición y de su modo de enfocar las estrategias de branding.
No obstante, conviene profundizar un poco más en qué consiste y en cuáles son el resto de sus pilares.
Recordando qué es el branding
El objetivo del branding es lograr que la marca se identifique, se posicione y se perciba de un modo concreto.
A través de los diferentes elementos que lo conforman, que deben tener consistencia y coherencia entre sí y representar los valores y la identidad de marca, el branding se encarga de que la marca:
Tenga personalidad y esta se transmita al cliente.
Se reconozca y se diferencie por esa personalidad.
Recordado qué es el branding, es momento de adentrarnos en esa rama “emocional”.
El branding emocional, según Joël Desgrippes (diseñador y creativo francés), “consiste en conectar emocionalmente con las personas en su vida diaria”. No se busca, por lo tanto, un solo punto de contacto en forma de venta, sino impactar en el cliente de manera constante, profunda y trascendente.
En definitiva, la meta es tocar los corazones de los clientes para dejar una huella en ellos, haciendo que la marca no solo se reconozca, sino que se perciba desde la confianza. Para ello, es crucial humanizar la marca y presentarla como algo más que una corporación con un objetivo comercial. De este modo, el consumidor la asociará a sentimientos positivos e incluso se sentirá parte de ella.
La emocionalidad en las nuevas empresas
Nos encontramos en un paradigma empresarial en el que se prima la emocionalidad. Los consumidores tienen muy en cuenta esa conexión para tomar la decisión de compra definitiva, valorando no solo el producto/servicio o su precio, sino también la experiencia que han tenido con la marca o lo que esta representa a un nivel más humano.
Es por ello que triunfan marcas como Zubi o Nice Things. Este último caso es un claro ejemplo de cómo priorizar valores emocionales. La empresa fue fundada por un matrimonio y esa idea de “familia” y “unión” se ha transmitido a través de la publicidad, de los tejidos y colores de la ropa o de la decoración acogedora de sus tiendas. Es decir, a través de diferentes elementos del branding.
En consecuencia, aspectos como la sostenibilidad, la ética, la cercanía, los deseos, las aspiraciones, los fines benéficos o el compromiso social pasan a ser fundamentales.
5 cosas sobre el branding emocional que debes saber
Si quieres aplicar el branding emocional a tu marca, primero hay cinco cosas que debes saber (y que te gustarán):
Las marcas que comunican sus mensajes construyendo historias generan una mayor conexión, aportando autenticidad y cercanía. El resultado es que la marca se recuerde mejor y cale en la mente del consumidor.
Da a un porqué a todo y perfecciona cada elemento del branding
El branding emocional coloca los valores, la misión y la visión de la marca en el centro de la estrategia. En consecuencia, todas las acciones que parten de un branding emocional lo hacen con un porqué muy marcado.
Cuando el branding emocional entra en juego, esto es más sencillo, pues hemos visto como la conexión genera recuerdos y ayuda a transmitir mejor el mensaje.
Humaniza a la marca, pero también al consumidor
La humanización es en los dos sentidos. El consumidor ve a la marca como más humana, pero la marca también ve al consumidor como más humano.
El marketing tradicional ha tendido a percibir al cliente como un número más en unos informes de ventas. La incorporación de la emocionalidad en la estrategia ha ayudado a cambiar esto. La audiencia ahora es una de las grandes protagonistas de la marca y participa en ella. El branding emocional requiere conocer al cliente como persona, sus necesidades, sus sentimientos, sus comportamientos, etc.
Al percibir que es parte de la marca, el consumidor es más proactivo a la hora de recomendarla y de hablar de ella. De este modo, conseguir un cliente ya no es solo conseguir una venta, sino la posibilidad de ganar un embajador.
Fideliza a los consumidores – HolaQueTal.es
Cómo crear un branding emocional efectivo
Existen una serie de prácticas, estrategias y enfoques que ayudan a crear un branding emocional para la marca. Son, en esencia, técnicas que llevadas a cabo nos conducen hacia esa conexión emocional con el cliente y hacia la creación de una marca humana que se asiente sobre sus valores.
Conoce al consumidor desde el neuromarketing
En los últimos años, el neuromarketing ha conseguido cada vez más adeptos.
En lo que respecta al branding emocional, el neuromarketing puede ayudar a entender mejor el proceso mental del consumidor ante la compra (por ejemplo, estableciendo qué emoción hay que despertar para terminar de convencerle o qué colores les transmiten más urgencia).
Apuesta por el marketing de influencers
Una de las mejores maneras de conectar con la audiencia es humanizar la marca, pero eso no tiene que significar obligatoriamente que las personas que trabajan en la marca deban enseñar su cara. En cambio, quienes sí enseñan su cara sin reparos son los influencers.
Con una buena estrategia de marketing de influencers, se puede elegir a perfiles de creadores que encajen con los valores de la marca y ayuden a humanizarla. Pueden convertirse, así, en la cara visible.
Al fin y al cabo, los influencers conectan mucho con sus seguidores, que confían en ellos y los ven como iguales. Contratando a esos influencers como embajadores de marca, podemos “contagiarnos” de esa cercanía.
Pon el foco en la experiencia del cliente
Sentir que el servicio es personalizado convence a cualquier cliente. Por eso, en el branding emocional es crucial el diseño de la experiencia de cliente.
Es vital asegurarse de que el consumidor, cada vez que entre en contacto con la marca, se sienta “como en casa”. Esto se traduce en no hacerle esperar, en resolver sus problemas o en cubrir sus necesidades incluso antes de que aparezcan.
Adicionalmente, y si los recursos corporativos lo permiten, es recomendable invertir en esos “extra” que hace que la experiencia sea no solo única, sino casi un lujo (packagings originales, sorteos, descuentos, invitaciones a eventos de la marca, acceso exclusivo y preferente a ventas privadas…).
Abre la conversación
El consumidor debe sentirse parte de la marca, esta es una de las bases del branding emocional. Para que así sea, deben abrirse canales de comunicación que propicien esa conversación.
Encuestas, comentarios en redes sociales, entrevistas, focus groups… Son muchos los medios disponibles, especialmente gracias a la tecnología. No obstante, no es suficiente solo con recibir la información, sino que hay que escucharla y asimilarla. Marcas como Mercadona triunfan precisamente porque permanecen atentas a lo que sus clientes dicen sobre productos favoritos que quieren que vuelvan o sobre otros que no gustan tanto.
¿Estás listo para conectar emocionalmente con tu audiencia? ¡Déjanos un comentario!
Piensa en tu marca favorita, aquella cuyo logo reconoces de un solo vistazo en cualquier parte, aquella cuyos posts en Instagram sabes que son suyos simplemente por cómo están escritos, aquella cuyos escaparates siempre se parecen, aunque estés en la otra punta del mundo… Sí, esa marca, ¿la tienes en mente? De acuerdo, ahora imagina qué pasaría si un día despertases y ese logo, esos posts de Instagram, esos escaparates fuesen diferentes y no representasen lo que identificas con la marca. La sorpresa sería máxima, pero sobre todo sería un gran error en la consistencia de la marca.
Con este ejemplo ya habrás podido hacerte una idea sobre qué es la consistencia de la marca. Cuando todos los elementos que identifican y conforman una marca son coherentes entre sí, la marca es consistente. Cuando no lo son y, por lo tanto, no hay consistencia, la marca no resulta reconocible ni en el mercado ni en la mente de los consumidores.
“La coherencia es el ADN de la marca”. — Joachimsthaler & Aaker
Puede parecer fácil lograr esa unidad y coherencia, pero no siempre lo es. De hecho, muchas marcas no logran el éxito porque carecen de consistencia. Para que esto no ocurra y la marca sea sólida, es fundamental definir muy bien su identidad y que, todas las personas y equipos involucrados en ella, la respeten y la comuniquen.
Como sabemos que tendrás dudas, sigue leyendo porque en este artículo vamos a estudiar todo lo referente a la consistencia de marca.
Joachimsthaler & Aaker
De qué hablamos cuando hablamos de consistencia de marca
La consistencia de marca es un pilar crucial para el reconocimiento de esta. Cuando una marca comunica siempre el mismo mensaje a través de los elementos de su branding, posiciona, se reconoce y se recuerda mejor. Sin embargo, cuando no ocurre, la marca pasa desapercibida y, en consecuencia, pierde oportunidades de negocio.
En definitiva, decimos que una marca es consistente cuando su imagen se difunde con congruencia. Esto implica crear una identidad de marca sólida y comunicarla con la misma solidez. En el momento en el que un elemento pierde unicidad respecto al resto, la marca corre el riesgo de no resultar reconocible.
Veámoslo con un ejemplo, el de una marca ficticia que, en cada ocasión, comunica sus mensajes de un modo diferente. Un día se posiciona como una marca seria, pero al día siguiente como una marca divertida. No quiere decir que un posicionamiento sea mejor que otro, pero no adoptar una consistencia, confundiría sobre el tipo de público al que busca impactar o el tipo de negocio que es.
El mismo resultado tendría lugar si lo que variase, en lugar del tono comunicativo, fuese otro elemento del branding como los colores de la marca o la experiencia de compra.
¿Con esto queremos decir que una marca nunca puede cambiar? Nada más lejos de la realidad. Una marca puede y debe cambiar (muchas veces, la propia evolución del mercado lo requiere), pero estas modificaciones siempre deben tener un porqué y darse de manera controlada (por ejemplo, con un rebranding completo).
¿Por qué es importante la consistencia de la marca?
Un branding consistente genera una marca sólida e inolvidable. Esto se traduce en resultados aún más concretos y que vamos a analizar a continuación:
Diferenciación de marca: cuando una marca se construye y se comunica con consistencia, cada uno de los elementos que la conforman se reconocen como suyos. Esto es lo que ocurre con empresas como Apple, desde su logo hasta el diseño de su producto la identifican. Nadie tiene dudas de que un teléfono es un iPhone cuando ve la disposición de la cámara del dispositivo, por ejemplo. Lo mismo ocurre cuando ves un anuncio que acaba con “destapa la felicidad”. Aun oyendo solo esa última parte, reconoceríamos a Coca-Cola.
Autoridad: cuando una marca es coherente, se posiciona en el mercado como de calidad. Piensa en todas esas empresas que consideras referentes de un sector, seguro que todas han cuidado su identidad hasta el punto de aparecer en tu mente cuando piensas en un producto concreto.
Fidelización de la audiencia: ser identificable hace que los consumidores elijan más a la marca. Si un cliente la ha probado y le ha gustado, pero la marca no tenía una identidad coherente que permita reconocerla, disminuirá la probabilidad de que repita. Simple y llanamente, no se acordará de qué marca era.
¿Por qué es importante la consistencia de la marca?
Hawkers: una marca de éxito gracias a un branding y una comunicación consistentes
Hawkers es un gran ejemplo de cómo la consistencia de marca debe darse en todos los elementos que la construyen, y no solo en aquello que se vende. ¿Por qué? Porque todo comunica y todo debe comunicar el mismo mensaje. En el caso de Hawkers, su estrategia se ha basado en no enfocarse única y exclusivamente en su producto (las gafas), sino en que todo el universo que envuelve la marca transmita la misma idea.
El primer gran acierto de Hawkers fue definir muy bien a su buyer persona. Se querían dirigir a una audiencia joven, por lo que sus precios tenían que ser asequibles y, además, ser un e-commerce.
El siguiente acierto fue centrar sus esfuerzos en la promoción en redes sociales, donde se encontraba ese público objetivo. No obstante, también realizaron campañas de marketing colaborando con otras empresas con las que compartían audiencia y personalidad, aunque no nicho de negocio (por ejemplo, la discoteca Pachá, PayPal o incluso PlayStation). También se asociaron con celebridades que resultaban influyentes para esa audiencia (su socio e imagen durante varios años fue Jorge Lorenzo, un piloto de MotoGP que representaba a la perfección el estilo moderno y los valores juveniles de la marca).
Por supuesto, el diseño del producto también era importante. Su apuesta fue modernizar algunos modelos clásicos, como el de Ray-Ban, y realizar siempre los envíos en un packaging de calidad y que no hacía pensar en que eran gafas “baratas”. De nuevo, transmitiendo esa actitud de renovación, de modernidad y de juventud.
Otro aprendizaje que nos llevamos de Hawkers es que esa consistencia de marca también debe darse cuando las cosas no van bien. En algunas crisis de comunicación, Hawkers ha respondido como se esperaba, pidiendo perdón, pero de una manera cercana (no con un extenso comunicado escrito por unos abogados).
¿Qué resultados les han traído estas estrategias?
Altas tasas de engagement de los usuarios.
Gran cantidad de ventas (superando a otras marcas que llevaban más tiempo en el mercado).
Aumento del valor de marca.
Asociación de la marca a una personalidad.
Cómo lograr la consistencia de la marca
Una marca que quiere posicionar y lograr el éxito dentro de su sector, debe ser consistente a todos los niveles. En lo que llevamos de artículo hemos visto por qué es importante que así sea y cuáles son los beneficios. Ahora es momento de ponerlo en práctica.
¿Cuál es el paso a paso para crear consistencia de marca? Más que un paso a paso, deberíamos hablar de una serie de acciones imprescindibles. Destacar también que es un proceso que debe estar siempre en continuo análisis, para detectar así cualquier fallo que ponga en peligro la coherencia.
Igualmente, si un factor externo hace que la marca deba cambiar, estas acciones deben volver a llevarse a cabo para adaptar la marca a estos cambios. Un ejemplo podría ser el de una empresa cárnica que, por los nuevos hábitos de consumo, debe adoptar un posicionamiento renovado en el que, dentro de lo posible, se introduzcan valores como la sostenibilidad.
Conoce tu marca
Parece una primera acción sencilla, pues partimos de la base de creer conocer la marca. No obstante, el conocimiento no debe ser superficial; no es suficiente con enunciar la misión de la marca en un eslogan, es fundamental analizar el qué, el porqué, el cómo y el a quién.
Una marca, especialmente para quienes trabajan en ella, es perfecta. Sin embargo, siempre hay unas debilidades internas y unas amenazas externas. Para detectarlas, como posiblemente estés ya pensando, hay que realizar un análisis DAFO.
Teniendo este análisis podremos establecer con mayor detalle y con una visión global cuál es la propuesta de la marca, cómo esta se identifica en la mente de los consumidores y cómo posiciona en el mercado.
En este sentido, también es importante conocer la historia de la marca y redescubrir los cimientos sobre los que se asienta.
Utiliza todo lo “conocido” para construir, y comunicar, una identidad consistente.
Conoce tu marca
Crea un brand book y establece pautas de comunicación
Son muchas las personas que comunican la marca. Además, lo hacen a través de canales muy diferentes (email marketing, redes sociales, cartelería, stands…). Sea cual sea el medio comunicativo, la consistencia de marca debe permanecer.
Para lograrlo, muchas empresas confían el diseño de la identidad de su marca a agencias de marketing especializadas. El diseño es el primero paso, el siguiente es compartir unas pautas con todas las personas implicadas en la comunicación. Entender cómo usar los colores corporativos (cuáles son primarios y secundarios), los diferentes logos (en blanco, en negro, en color, etc.) o el tono de la marca es fundamental para garantizar su consistencia.
El brand book recoge todas esas directrices de modo que, siguiéndolas, todos los mensajes que transmita la marca serán coherentes con su identidad. Por supuesto, debe darse cabida a pequeñas adaptaciones según las características del medio (no es lo mismo Instagram que una valla publicitaria). No obstante, esas adaptaciones no deben modificar la esencia del mensaje, que debe ser reconocible e identificarse con la marca esté dónde esté.
Transmite el mensaje que el público quiere oír
En el análisis de tu marca habrás tenido que investigar cuál es la percepción que el público tiene sobre ella. Si no lo has hecho, no lo demores más.
Una vez hayas estudiado qué piensa tu cliente, comprueba también que ese cliente responde a tu buyer persona. Si no, algo estás haciendo mal; tu marca no está comunicando el mensaje correcto (o del modo correcto), si no está llegando a la audiencia adecuada.
Cuando hay consistencia de marca, la comunicación es eficiente y efectiva porque el consumidor la recibe. No solo eso, sino que la reconoce como propia de la marca.
Pongamos el ejemplo de Victoria’s Secret. Su comunicación de marca siempre fue coherente con sus valores aspiracionales y todos sus mensajes evocaban ese universo de ángeles, belleza, intimidad y delicadeza. Sin embargo, llegó un momento en el que ese mensaje dejo de ser valioso para el público, que lo rechazó por reconocer en él unos ideales y cánones de belleza opresivos. Este es un caso de cómo el mensaje debe ser coherente con la marca, pero nunca perder de vista cómo llega al cliente.
Consistencia de marca en todo el branding, especialmente en los valores
Los valores son los pilares sobre los que se asienta cualquier marca. En consecuencia, la comunicación debe ser coherente con ellos, pues suelen ser elementos diferenciadores de la marca.
Esto se logra a través de un texto, pero también de unos colores o de un logo. No sería lógico que una marca como Freshly Cosmetics, que se posiciona como sostenible y renovadora, utilizase colores “duros”. En cambio, en su paleta de colores encontramos muchos pasteles y tonalidades brillantes, que reflejan de manera consistente ese posicionamiento.
¿Tienes preguntas sobre cómo mantener la consistencia de tu marca? ¡Déjanos un comentario!
Las personas contamos historias. Lo hacemos por la noche para que los niños concilien el sueño, cuando explicamos una anécdota o cuando conocemos a alguien nuevo y le contamos quiénes somos. En todas estas situaciones, y otras muchas, organizamos la información a modo de relato, porque ese esquema de “cuento” es con el que hemos crecido y el que, desde tiempos inmemoriales, se ha utilizado para explicar el mundo. Por lo tanto, no es de extrañar que la narrativa también tenga un papel en el branding.
Las marcas que recordamos permanecen en nuestra memoria no solo por ofrecer un producto o servicio único y de calidad, que también, sino porque nos transmiten una historia y nos hacen partícipes de ella. Piensa en empresas actuales y recientes, como Heura, que se ha convertido en el héroe del cuento que lucha contra el gran dragón que es la industria cárnica.
No obstante, la narrativa en el branding no es un invento nuevo. Loewe nació en 1846 como una casa de moda española, y desde entonces ha co-creado con el consumidor una historia de marca que no olvida lo artesanal, pero avanza hacia adelante.
“El marketing ya no consiste en las cosas que haces, sino en las historias que cuentas”.
— Seth Godin
Seth Godin
¿Por qué es importante la narrativa en el branding?
Esa importancia, omnipresencia y trascendencia del cuento ha llegado también a las estrategias de marketing digital y, concretamente, al branding.
Recordamos que el objetivo del branding es comunicar cuál es el valor de una marca, y para lograrlo, pocas cosas hay tan eficientes como una buena historia.
Qué es la narrativa en el branding o el brand storytelling
El papel de la narrativa en el branding es evidente. Solo tenemos que acudir a la web de cualquier empresa para comprobar que disponen de alguna sección tipo “Nuestra historia” o “Quiénes somos” y que, los textos ahí incluidos, siguen, en la mayoría de los casos, una estructura narrativa.
Ese modo de presentar y comunicar la identidad de una marca es a lo que llamamos brand storytelling, es decir, la narración de la marca. Constituye en sí mismo una estrategia porque persigue un objetivo: generar una conexión con el consumidor.
En conclusión, podríamos establecer que el branding, a través de sus elementos, construye una marca sólida. El storytelling, por su parte, comunica a través de historias. El brand storytelling es la suma de ambos factores, dando como resultado una estrategia de comunicación basada en la narración con el fin de, así, conectar emocionalmente y de forma auténtica, con el cliente.
Razones por las que el brand storytelling hace brillar tu marca
De todas las anécdotas que te han contado a lo largo de tu vida, ¿cuáles recuerdas mejor y con más emoción? Nos atrevemos a decir que aquellas cuyo relato estaba bien construido. Las que fueron contadas dando saltos, sin orden o como si fuesen una crónica periodística en lugar de un relato, probablemente las hayas olvidado o incluso dejases de prestar atención mientras te las contaban.
Lo mismo ocurre con las marcas. La narrativa es fundamental en el branding porque ayuda a transmitir la marca, a hacerla inolvidable en la mente del consumidor y a posicionarla en el mercado. Las historias enriquecen lo que la marca es y también lo que la marca ofrece.
Piénsalo un momento, ¿no preferirías comprar un bolso de Loewe al conocer su compromiso con lo artesanal, que un bolso de una marca que acaba de salirte en redes sociales?
Por supuesto, no solo importa cómo se cuenta, sino qué se cuenta. Cada vez son más las empresas que muestran sus luces y sus sombras, reconociendo sus errores o los retos a los que se están enfrentando. Un ejemplo es la firma española Clotsy, cuya apuesta por la moda sostenible les genera ciertas dificultades. En lugar de esconderlas, las comparten con el público, haciéndoles partícipes de ello y buscando ayuda (su tienda la consiguieron abrir gracias a un crowdfunding).
Los beneficios de ser una marca con historia
Ganar autenticidad, credibilidad y confianza son algunos de los muchos beneficios de incorporar la narrativa al branding.
Las historias llaman, y retienen, la atención del consumidor, algo crucial en una era en la que las personas recibimos estímulos e información constantemente.
En la actualidad, el consumidor no solo quiere comprar, sino que busca conectar con la marca y con todo lo que hay detrás de ella. El storytelling ayuda a comunicar esos “behind de scenes” y los convierte en un factor decisivo para la compra.
La conexión emocional no es momentánea, sino que perdura y fideliza al consumidor, incorporándolo en la historia de la marca.
Dos marcas pueden ofrecer el mismo producto o servicio, pero el modo en el que lo comunican las hace únicas. El brand storytelling constituye, por lo tanto, un factor de diferenciación de marca.
Las marcas con historia y que transmiten cuáles han sido sus aciertos, sus fallos o sus retos, se perciben como más humanas y transparentes, lo que ayuda a que el consumidor se identifique con ellas.
Los beneficios de ser una marca con historia
Marcas cuyo brand storytelling te inspirará
Las marcas que vamos a compartir a continuación son marcas cuyas historias inspiran, y aún más lo hace el modo en el que se cuentan esas historias.
Aunque estas son nuestras propuestas, no dudes en echar un vistazo al brand storytelling y las estrategias de comunicación de tus marcas favoritas. Si sientes que han logrado conectar contigo, es que algo están haciendo bien y que su narrativa tiene un papel en el branding.
Loewe
Loewe se ha posicionado desde sus inicios como una marca artesanal. En los últimos años, además, ha querido implementar, de forma más específica, una estrategia de comunicación basada en el storytelling. ¿Cómo lo ha hecho? Estableciendo un vínculo estrecho con el consumidor y con la cultura del momento.
Fruto de esa estrategia son las colaboraciones que han hecho con películas, escultores, escritores, creadores de contenido, etc. Sinergias que les han acercado a un público más joven al que, especialmente durante la pandemia, incorporaron en la co-creación de la historia.
Lo audiovisual es el medio con el que hacen llegar el relato de su marca, y para comprobarlo solo hay que ver las short films y vídeos de los procesos artesanales que han ido publicando en sus redes sociales (plataformas, por otro lado, jóvenes y cercanas). De este modo, ya no muestran simplemente el producto, sino cómo los valores de la marca forman parte de él. Así, conectan con el consumidor al que parecen decirle “cuando compras Loewe, te llevas un trozo de la marca contigo y pasas a formar parte de nuestra historia”.
Ikea
¿Qué tienen los muebles de Ikea que nos hacen recurrir a ellos una y otra vez? Está claro que sus precios, sus diseños y su ergonomía influyen en las decisiones de compra, pero lo hacen en cierto modo por cómo esos elementos de su branding se comunican.
Cuando entras en una de las descomunales tiendas Ikea (o echas un vistazo a su catálogo web), la exposición de los muebles te cuenta una historia. El modo en el que todo está dispuesto y decorado te hacen pensar en quienes vivirían allí, pero al mismo tiempo empiezas a narrar la que sería tu propia historia viviendo allí.
La narración, por lo tanto, vertebra toda la marca, también sus campañas publicitarias, con eslóganes que fomentan el relato (por ejemplo, “un mueble, infinitas vidas” o “donde caben dos, caben tres”).
La conexión emocional con su cliente es brutal. Logran despertar en la audiencia la sonrisa, la creatividad o incluso la ironía.
Dove
Dove sabe que sus consumidores son personas reales, y como tal las trata, se comunica con ellas e incluso las muestra en sus anuncios. Se genera así una narración de marca co-creada con la audiencia.
La marca se presenta como cercana, tratando de transmitir en su comunicación esa idea de intimidad, de dulzura y de cariño que alguien siente al aplicarse una de sus cremas.
Para ello han lanzado campañas que se centran en el amor propio, en la autoestima y en la belleza real. Es un mensaje auténtico que marcó la diferencia en un momento en el que otras empresas perpetuaban cánones de belleza opresivos para las mujeres. Mensajes llenos de emocionalidad con los que sus clientas se sienten escuchadas.
¿Cómo crear una narrativa atractiva para el branding?
Una vez tenemos clara la importancia de generar una narrativa y una historia alrededor de la marca, es momento de escribirla. Para ello, lo primero, es analizar la marca y los elementos que conforman su branding, es decir, aquello que la representa.
Los valores, los colores o lo que la marca ofrece dicen mucho sobre su historia y sobre el papel que tiene en la sociedad o en el mercado. Pero no adelantemos el final, vayamos paso a paso.
La misión, la visión y los valores de la marca
Cualquier personaje literario se caracteriza por sus valores y por su propósito, es decir, por lo que quiere conseguir y por cómo lo quiere conseguir. Una marca, también.
Veámoslo con el ejemplo de Loewe. Sus valores se reflejan en su compromiso con el arte contemporáneo, la artesanía y la cultura en todo el mundo. Su misión es seguir transmitiendo la importancia de lo artesanal, pero con una visión actualizada y moderna.
Ese por qué y para qué son la base sobre la que construir la historia de la marca. Por lo general, las empresas quieren posicionarse como héroes, y la misión, la visión y los valores determinan cuál será su acto de heroicidad.
La historia de la marca
Incluso las marcas más jóvenes tienen una historia.
Cuáles fueron los comienzos, qué retos se encontraron durante el camino, cuáles han sido los logros hasta el momento… Esas cuestiones forman parte del relato de la marca. Contestarlas supone no solo un bonito ejercicio de introspección, sino que también aporta humanidad, emocionalidad y autenticidad a la marca.
A las personas nos gusta conocer cuáles han sido esos aciertos y errores y, así, ver a la marca como mucho más que una empresa. Es por ello que esos momentos clave deben incluirse en la narrativa del branding.
En el caso de Loewe el dónde y cuándo surgió son dos aspectos importantes en su storytelling. Ese primer taller determinó sus orígenes y también su presente, justificando por qué siguen potenciando lo artesanal y validando que así sea.
Los personajes de la marca
En un cuento de princesas y dragones, ¿qué papel jugaría tu marca? Ya hemos apuntado a que siempre será la heroína de la historia, algo que es del todo lógico porque quiere posicionarse como la mejor opción del mercado, la que cubre una necesidad del consumidor, que sería el personaje del cuento que está en apuros y necesita ser salvado del dragón.
¿Quién es el dragón? Aquello que genera una necesidad o un deseo en el consumidor. Por ejemplo, la producción no artesanal que Loewe se esfuerza en derribar y que el consumidor también rechaza.
Pero no todos son enemigos, también hay amigos y coprotagonistas. ¿Quiénes? Fundadores, inversores, trabajadores o incluso clientes.
En el caso de Heura, sus clientes son también héroes de la historia porque se rebelan contra un sistema contaminante e injusto. Lo mismo ocurre con Clotsy, que habla de sus clientes como “future warriors” que luchan por una moda sostenible.
Define, pues, quiénes aparecen en el brand storytelling de tu marca y qué papel adoptan.
Los personajes de la marca
La involucración de la audiencia en la historia de la marca
Hemos visto algunos ejemplos en los que los consumidores son personajes de la historia. No obstante, no hace falta, aunque es recomendable, darles un papel dentro del relato, pero sí dejarles co-crearlo.
¿Cómo? Hay diferentes maneras:
Analiza qué dicen los clientes en redes sociales u otras plataformas. El modo en el que hablan de la marca puede ayudar a establecer el relato, su tono o su estructura.
Organiza eventos para compartir experiencias memorables con los clientes. Es una forma muy directa de poder involucrar y sumergir al consumidor en el storytelling de la marca.
Haz encuestas no solo para conocer la opinión sobre la marca, sino para que los clientes decidan sobre esta (por ejemplo, para elegir un nuevo logo o qué producto sale antes).
Dale una cara visible a tu marca. La audiencia quiere ver a personas, no solo logos o mensajes “poco humanos”. Puede ser la cara del fundador o de los trabajadores (algo que a Balay y al Banco Santander les ha funcionado muy bien), cualquier ayudará a humanizar y a conectar con el público.
La difusión de la historia
Por suerte, en la actualidad contamos con muchos, y diversos, canales de difusión.
Las redes sociales son uno de ellos y, por los diferentes formatos que encontramos en ellas (e incluso en cada una de ellas), suelen ser a las que se recurre.
No obstante, conviene recordar que existen otros muchos medios complementarios y que pueden ayudar a contar la historia de otra forma y a otro segmento del público. Piensa, por ejemplo, en cómo el email marketing alcanza a la audiencia de manera más íntima, generando una conversación.
En cualquier caso, es crucial que la narrativa siempre sea la misma. Cambiar la estructura, los personajes o el propósito confundirá al consumidor, cuando lo que realmente queremos es que la historia sea tan reconocible como el logo o como cualquier otro elemento del branding.
Queremos que, cuando el cliente vea al dragón de nuestro cuento, piense en nuestra marca como la heroína que puede salvarle.
¿Necesitas ayuda para contar la historia de tu marca? ¡Déjanos un comentario!
Si quieres que tu marca se reconozca, debes centrar gran parte de los esfuerzos en la creación de una identidad de marca fuerte. Comenzamos el artículo con lo que parece más una conclusión, pero te podemos asegurar que esa es la idea que vertebrará esta guía.
Hay muchos factores que determinan el éxito de una marca, y uno de ellos es la identidad, algo así como el conjunto de elementos que hacen que la marca se reconozca.
Porque una marca comunica muchas cosas, pero sobre todo debe comunicar su identidad. Solo así será capaz de atraer a los clientes adecuados, de diferenciarse de la competencia y de posicionarse en el mercado.
«La identidad es la causa; la marca, el efecto»
– Larry Ackerman
Larry Ackerman
¿Qué es la identidad de marca?
La identidad de marca es, en esencia, su identidad corporativa. Está conformada por varios elementos, algunos de los cuales son visuales, pero otros no. Es importante incidir en esto, ya que es común pensar en la identidad de una marca solo como aquello que se ve (por ejemplo, el logo, los colores, la tipografía…). No obstante, elementos como los valores también son pilares fundamentales sobre los que construir la identidad de una marca fuerte.
A su vez, la identidad corporativa impregna todo lo que tiene que ver con la marca: cada mensaje en redes sociales, cada imagen, cada descripción de un producto, cada packaging, etc. Todo ello transmite así la identidad y genera en la mente de los consumidores una idea de cómo es y cómo se identifica la marca.
Como es lógico, todos los equipos y empleados de la empresa deben conocer cuál es la identidad de marca, que para ello debe recogerse en el brand book o manual de identidad.
Por qué la identidad de marca es importante
Hemos mencionado brevemente por qué la creación de una identidad de marca fuerte es clave para cualquier empresa. Podríamos decir que esa importancia se resume en tres palabras: diferenciación, posicionamiento y atracción.
Cuando una identidad de marca está bien construida, consigue ser única a ojos del consumidor, lo que le genera más ventas pero también cierto status en el mercado. Piensa por ejemplo en marcas líder en diferentes sectores: Coca-Cola en el sector alimenticio, Apple en el tecnológico, Santander en el bancario o Chanel en el del lujo. Son marcas con un renombre y un reconocimiento entre el público; incluso quienes no compran sus productos sabrían reconocerlas.
La posibilidad de convertirse en referente y de ganar credibilidad y relevancia en el mercado son las grandes ventajas de una identidad de marca fuerte.
Elementos de la identidad de marca
Como también ocurría con los elementos del branding, los elementos de la identidad de marca son varios y son coherentes entre sí. Esto quiere decir que cada uno de ellos debe elegirse de manera estratégica y específica, buscando transmitir en su conjunto la misma idea sobre la marca (esto es, la misma identidad).
Misión, visión y valores
La misión, visión y valores de una marca definen qué hace la marca, cuál es su objetivo y cómo cumplirá ese objetivo. Son, por tanto, fundamentales para construir una identidad de marca fuerte, ya que sobre ellos se asienta el mensaje que se quiere transmitir.
Experiencia del cliente
Como hemos explicado, la identidad de marca tiene mucho que ver con cómo el cliente percibe la marca. En consecuencia, para que esa percepción sea la deseada por la marca, debe cuidarse con empeño y estrategia la experiencia del cliente.
En muchas ocasiones se considera que la experiencia del cliente es solo aquella que un consumidor tiene en un punto de venta. Efectivamente, este es un punto en el que el cliente experimenta la marca, pero hay otros muchos. Podríamos decir que debe garantizarse una buena experiencia en cualquier contacto que una persona tenga con la marca.
El objetivo será que el consumidor no solo tenga una «buena» experiencia, sino que esta genere conexión.
Nombre
El nombre identifica a las personas, y también a las marcas. Es por ello importante que la elección del nombre también responda a una estrategia.
El logotipo, por lo tanto, es uno de los elementos más potentes para la creación de una identidad de marca fuerte. Aquellos que son simples, pero al mismo tiempo únicos y originales, son los que mejor cumplen su función.
Tipografías y paleta de colores
Ambos elementos cumplen una función similar, ya que tanto la tipografía como los colores son capaces de comunicar a nivel visual aquellas ideas que quieren asociarse a la marca.
La psicología del color, por ejemplo, establece que hay tonos, como los pasteles, que transmiten valores como cercanía o amabilidad. En cambio, otros tonos más oscuros como la gama de grises expresan seriedad y elegancia. Lo mismo ocurre con las tipografías (una letra fina y cursiva resulta más “lujosa” que una letra en negrita y de rasgos urbanos).
Tipografías y paleta de colores
Recursos visuales extra
Estos recursos son los iconos, las imágenes u otros elementos estrictamente visuales que, al ser usados por la marca, deben transmitir su identidad.
Ejemplos de identidad de marca fuerte
Podemos hablar largamente de la creación de una identidad de marca fuerte, pero sin duda la mejor manera de entender a qué nos referimos es analizar algunos ejemplos.
«Nuestra marca ha ido evolucionando desde sus inicios, modernizándose, adaptándose al entorno, en muchos casos anticipándose a los cambios y sobre todo, buscando siempre estar cerca de las personas.»
Con su identidad de marca buscan presentarse como una marca «Sencilla, Personal y Justa», tres ideas que, con casi total seguridad, son también sus valores. Estos son algunos de los elementos que construyen esta identidad de marca:
El logo representa el fuego, que tan importante fue para la evolución humana. Crean así una metáfora de que el banco Santander también evoluciona.
El nombre «Santander» que han mantenido a lo largo de los años y a pesar de su crecimiento, sigue conectándolos con la pequeña ciudad del norte de España donde nació el banco, aportando esa idea de cercanía.
La tipografía ha evolucionado para adaptarse a la era moderna, a diferencia del logo y el color rojo que se han mantenido inalterables a lo largo de los años, logrando así un equilibrio entre lo de siempre y lo de ahora.
Zara
La de Zara es una de las identidades de marca más fuertes dentro del mundo de la moda.
En su caso, quizá sean la tipografía y el logo los elementos principales sobre los que se sustenta su identidad. De hecho, hasta la época de la digitalización y el auge del e-commerce, Zara no había desarrollado otros elementos ni con una visión estratégica tan clara. Ahora, por ejemplo, tanto sus tiendas físicas como la online mantienen un aspecto uniforme y coherente entre sí.
Si hablamos de empresas reconocibles y con una identidad de marca fuerte, Coca-Cola tiene que estar en la lista.
Su color rojo es reconocible hasta el punto de que si alguien te pide pensar en una marca de color rojo, es muy probable que sea Coca-Cola la que venga a tu mente. Y vendrá con su tipografía y su packaging de líneas curvas también tan característicos.
Desde un principio se tuvo muy claro qué se quería proyectar con el producto: frescura, optimismo, felicidad y familia. Valores que constituyen la identidad corporativa de la empresa, desde el famoso eslogan hasta el vivo color rojo.
El paso a paso para crear una identidad de marca fuerte
Una identidad de marca fuerte hace que esta sea inolvidable, lo que se traduce en más ventas, en más reconocimiento y en un futuro prometedor.
Hace décadas, cuando el mercado no estaba tan saturado ni tan globalizado, quizá no era necesario tener una marca sólida. En cambio, en la actualidad es imprescindible, ya que los consumidores quieren comprar, pero también conectar con la marca y sentir que esta es algo más que un logo en un packaging.
¿Cómo no ser solo un logo? Siguiendo estos pasos y construyendo una identidad de marca fuerte.
El paso a paso para crear una identidad de marca fuerte
1. Investiga la audiencia y haz que te descubra
Para que una marca tenga éxito, esta primero debe ser descubierta por la audiencia, pero no por cualquiera, sino por aquella que potencialmente pueda convertirse en clientela.
¿Cuál es la situación actual de la marca en el mercado?
¿Cuál es la situación actual de los competidores de la marca en el mercado?
Las respuestas establecerán el punto de partida para crear la identidad de la marca desde un valor diferencial.
2. Establece la misión de la marca, su visión y sus valores
Ya hemos visto que son una parte esencial de la marca y, por lo tanto, elementos que ayudarán a identificarla.
Tanto la misión como la visión y los valores deben poder sintetizarse en pocas palabras o frases cortas y concisas. De este modo, serán claras tanto para el equipo, que deberá trabajar con ellas, como para los consumidores, que las identificarán y las relacionarán fácilmente con la marca.
3. Diseña todos los elementos visuales
Los elementos visuales de la marca suelen ser los primeros con los que el público entra en contacto. Por ejemplo, una persona capta una imagen en redes sociales antes que el texto.
No siempre es fácil traducir algo intangible, como es la identidad, a conceptos visuales como son el logotipo, imágenes, iconos, tipografía o la paleta de colores. Muchas marcas delegan esta tarea en agencias de medios que cuenten con equipos de diseño.
La identidad de una marca se construye y se transmite también a través de los contenidos, especialmente en la era del marketing de contenidos.
Los consumidores pueden llegar a la marca porque la han visto en redes sociales, han leído un artículo de su blog e incluso una nota de prensa. Todas esas piezas de contenido generarán conexión con el cliente, por lo que deben identificar a la marca y hacerla reconocible.
5. Monitorea cuál es el reconocimiento de la marca
A través de encuestas, de los comentarios en redes sociales o de otros medios de análisis. Como cualquier otro aspecto de tu estrategia de marketing, la identidad debe analizarse desde un punto de vista crítico, detectando cuándo algo no se está haciendo bien.
Los errores que se pueden llegar a cometer son:
No diferenciarse de la competencia, sino intentar convertirse en ella.
No lograr una coherencia total entre los diferentes elementos que conforman la identidad de la marca.
No comunicar al equipo de la marca cuál es la identidad y cómo desarrollarla.
No tener paciencia y buscar resultados inmediatos, para que una marca sea inolvidable se necesita una estrategia a medio y largo plazo.
6. Recoge todo en un manual de marca
El manual de marca debe contener todo lo necesario para aplicar la identidad de marca a cualquier comunicación, producto o acción que salga de la marca.
Es por ello que el brand book debe ser una herramienta disponible para todos los empleados de la empresa. Aunque no lo creas, incluso el equipo de contabilidad puede necesitarlo para saber cómo usar el logo en los emails.
Como una biblia, este manual se convierte en un recordatorio de qué es la marca y cuáles son las estrategias para hacerla inolvidable.
¿Estás listo para crear una identidad de marca que sea inolvidable? ¡Ponte en contacto con nosotros!
Entras a un supermercado, vas al pasillo de los refrescos, ¿qué bebida refrescante eliges? En tu elección juega un papel muy importante el branding de producto, es decir, todo lo relacionado con la identidad del producto y la imagen mental que has formado de cada una de las opciones.
En ese pasillo es probable que uno de los refrescos que más llamen tu atención sean los de Coca-Cola. Incluso si no los compras, esta marca ha logrado diferenciar sus productos y posicionarse como «la mejor», «la más conocida» o «la que más gusta» en la mente de los consumidores.
Esto lo ha conseguido gracias a una increíble, eficiente y constante estrategia de branding de producto. Porque un producto es más que un producto. Lo vemos en este artículo.
«Un producto puede quedar obsoleto rápidamente, pero una marca de éxito es atemporal».
Stephen King
Stephen King
¿Qué es el branding de producto?
El sabor de la Coca-Cola no es el único factor que determina el éxito. Quienes compran este refresco lo hacen por muchas otras razones, aunque digan preferir su sabor al de competidores como Pepsi.
La realidad es que el branding de producto influye mucho en la elección del consumidor y también en la percepción que tiene de ese producto.
El product branding por lo tanto es el encargado de crear una identidad de marca reconocible y diferenciadora para un artículo concreto. Podríamos decir que crea, dentro del paraguas que es una marca global, la marca de un producto.
Veámoslo con el ejemplo de Coca- Cola.
Coca-Cola como marca global
Coca-Cola es el nombre de una marca global que engloba a otras muchas marcas de producto. Entre esos productos están el refresco Coca-Cola, pero también otros como PowerAde o Minute Maid.
El branding general de Coca-Cola, es decir, el que define la estrategia de la marca «madre» es estático. Algunos elementos de ese branding (como son los valores) se transmiten al resto de submarcas.
En ocasiones esa transmisión del branding global es clara y evidente y en otras es apenas imperceptible. Este es el caso de Coca-Cola con algunos de sus productos, que mucha gente ni siquiera sabe que pertenecen a este gigante corporativo.
Coca-Cola como marca de producto
De Coca-Cola han nacido diversas marcas de producto. Una de ellas es la del refresco Coca-Cola, en la que más evidente es la relación entre branding global y branding de producto. Lo es porque es su primer producto y el más famoso e identitario.
No obstante, hay otros productos de Coca-Cola con un branding específico y en el que resulta complicado ver la relación con el branding general. Este es el caso de los zumos Minute Maid o del agua Kristal.
En conclusión, Coca-Cola es la fabricante de muchas submarcas. Para todas ellas se ha definido una estrategia de branding de producto que las identifica y diferencia de sus competidores.
El caso de Coca-Cola es curioso porque apenas se puede percibir el branding de la marca global en las marcas de cada producto. No obstante, existen otros ejemplos, como el de Apple, en los que sí puede percibirse. Apple es la marca «madre» de marcas de productos (iPhone, Mac, iPad…) que mantienen ciertos elementos del branding global pero al mismo tiempo han definido los suyos propios.
Por qué Coca-Cola invierte en el branding de producto (y por qué tu marca también debería)
¿Por qué Coca-Cola querría hacerlo así en lugar de aprovechar la fama de uno de sus productos para vender el resto? Porque no siempre conviene «contaminar» la imagen de un producto con otro.
Por ejemplo, Aquarius es una de las submarcas de Coca-Cola. Su branding de producto ha posicionado esta bebida como saludable hasta el punto de que ha llegado a recomendarse como «cura» de la gastroenteritis. Si la audiencia reconociese directamente que Coca-Cola está detrás, ese posicionamiento sería diferente al ser la Coca-Cola un refresco con una imagen no tan «saludable».
Además, no invertir en el branding de producto implica tener muchos productos pero poco diferenciados y posicionados. Nadie entendería qué es Coca-Cola, porque sería un refresco con burbujas, pero también unos zumos de frutas y también un agua. Sería todo pero no sería nada.
Por qué Coca-Cola invierte en el branding de producto
Beneficios del branding de producto
Entre las ventajas de invertir en branding del producto está la diferenciación de los productos de una misma marca «madre», con todas las posibilidad de reconocimiento y competitividad que esto otorga.
Estos son otros de los beneficios del branding de producto:
Los productos logran diferenciarse de la competencia incluso dentro de la propia marca global. Por ejemplo, un Aquarius se diferencia de una Coca-Cola; el consumidor no confunde una bebida con la otra.
Las marcas de producto se dirigen a diferentes audiencias, por lo que la marca general adopta una mayor cuota de mercado. La Coca-Cola (refresco) tiene un público diferente al de Nestea o Minute Maid, lo que permite a Coca-Cola (marca «madre») ser elegida en varios submercados, que a su vez forman la totalidad del mercado.
Un buen branding de producto genera una idea en la mente del consumidor y le predispone para la compra. Por ejemplo, elementos como el packaging, el slogan o los colores de Nordic Mist (también de Coca-Cola) constituyen una propuesta de valor (bebida elegante y refrescante) que atrae a su público objetivo.
Otros ejemplos de branding de producto
Coca-Cola ha sido nuestro ejemplo de branding de producto por excelencia. Hemos analizado cómo se estructuran su marca y sus submarcas y, en consecuencia, su branding de marca y sus brandings de producto.
No obstante, este es solo uno de los muchos ejemplos que existen. A continuación vamos a ver otros igual de exitosos, interesantes e inspiradores.
Como es lógico, son ejemplos de marcas de gran importancia y relevancia internacional. La posibilidad de tener una amplia gama de productos que se conviertan en marcas está al alcance de muy pocas empresas, aunque su ejemplo puede guiar la estrategia de otras marcas que quieren diferenciar sus productos.
Apple
Igual que el de Coca-Cola, el de Apple es un caso de éxito con una compleja estructuración de marcas y brandings de producto.
Dentro de la marca Apple existen muchas submarcas, como iPhone, iPad o Mac. Pero es que dentro de esas submarcas también hay productos muy bien diferenciados y con una identidad muy concreta. De este modo logran dirigirse a diferentes segmentos de un mismo mercado, ya que quien quiere un MacBook Air lo quiere por unas razones muy diferentes a quien prefiere un MacBook Pro o un iMac.
MacBook Pro: se dirige a profesionales de algún sector (de ahí el prefijo Pro).
MacBook Air: se dirige a un público más general pero que prioriza la ligereza del ordenador (por lo tanto, son personas que van de un lado a otro).
iMac: no tiene la palabra «book» así que se entiende que no es portátil, por lo que su público es el que necesita un ordenador de sobremesa.
A pesar de ser productos diferenciados, contienen la palabra «mac» para ser reconocibles como un ordenador de Apple (no un PC) y transmitir los valores asociados a la marca.
Amazon
Muchas personas conocen Amazon como la gran plataforma de ecommerce. Además de eso, bajo el paraguas de Amazon se encuentran otros muchos servicios, cada cual con un branding que lo define.
¿Cuáles son esas otras patas de la mesa? Amazon Web Services, Amazon Kindle, Amazon Prime Video… Todas ellas se dirigen a una audiencia concreta y cumplen un propósito diferente, pero manteniendo alguno de los core values de la marca y que hacen que, al llevar el nombre «Amazon», la audiencia los catalogue (incluso sin conocerlos o utilizarlos) como de calidad, profesionales o importantes.
Cómo crear un branding de producto exitoso
Cuando un producto se lanza al mercado el objetivo es claro: hacer que sea el preferido por los consumidores y diferenciarlo de sus competidores.
La diferenciación en ocasiones se hace a través del precio, posicionándolo como accesible o como un lujo de gran calidad según si el precio es menor o mayor respecto a la media de su categoría.
En otras muchas ocasiones la diferenciación no se basa en el precio. Es aquí cuando el branding de producto juega un papel de gran importancia. El cliente ya no elegirá el producto según su bolsillo o la calidad que espera, sino según su preferencia personal, basada a su vez en factores como el packaging, el sabor, el naming, los colores… En definitiva, según el branding del producto y lo que este logre transmitir sobre el artículo en cuestión.
Para lograr que así sea es imprescindible diseñar un buen product branding que incluya los elementos esenciales.
Cómo crear un branding de producto exitoso
1. El mensaje
Lo que se dice es siempre lo más importante, también en el branding de producto.
El mensaje debe reflejar los valores del producto y destacar cómo estos (o sus atributos) lo diferencian. No para incluir toda la información el mensaje debe ser largo, sino que hay que buscar la concisión y la claridad. Cuanto más directo sea, mejor se entenderá y se retendrá en las mentes de los consumidores.
La manera de comunicar ese mensaje (es decir, el tono del mensaje) debe ser coherente en todas sus formas. Aunque pueda adaptarse según el medio (no son lo mismo las redes sociales que un anuncio de TV), cualquier branding (de marca o de producto) debe favorecer la consistencia de la comunicación. De este modo, el consumidor logrará identificar el mensaje del producto siempre.
2. Identidad del producto
Bajo la identidad están elementos como el nombre del producto, su slogan o sus colores, es decir, aquellos que hacen reconocible al producto. Es importante que el conjunto de la identidad impacte y resulte llamativo.
La identidad por lo tanto se divide en dos:
Identidad verbal: todo lo que tiene que ver con el nombre, el slogan y el resto de textos identificativos del producto.
Identidad visual: el conjunto de elementos puramente visuales como colores, tipografía, diseño de packaging…
Por ejemplo, la Coca-Cola se identifica por su nombre, por su logo, su color rojo y también por su famoso slogan de «destapa la felicidad». Si nos ponemos a analizarlo, veremos que cada uno de estos elementos transmite la misma idea y sigue la misma línea identitaria: un producto único con un sabor y un mensaje totalmente reconocibles.
3. Posicionamiento y personalidad de marca
El producto tendrá éxito cuando el público tenga una idea clara y única sobre él.
El objetivo no es simplemente no ser como el resto, sino construir alrededor del producto una personalidad que lo identifique y que lo posicione. Esta personalidad debe estar en consonancia con el resto de la marca.
Por ejemplo, todos los productos de la marca Coca-Cola se posicionan como de calidad y con un gran sabor, aunque luego cada uno tiene unos atributos que le otorgan una personalidad única (por ejemplo, Minute Maid es natural, Aquarius es olímpico, Nordic es elegante…).
4. Fidelidad hacia el producto
La fidelidad es un factor clave. Tan clave que, en el caso de la Coca-Cola, es sobre lo que se sustenta gran parte de su éxito.
Diferenciación, credibilidad, relevancia y didáctica: los cuatro pilares de un product branding de éxito
Un branding de producto es el que logra que este sea diferente, creíble, relevante y didáctico:
Diferenciador: toda la identidad del producto debe distinguirlo del resto. Vuelve a imaginar que estás en un supermercado y miras el lineal de las galletas. Tus ojos y tu atención se pararán en aquellas cajas que se muestren diferentes y te transmitan esa diferencia de manera positiva.
Relevante: a la hora de elegir el nombre, el claim o el diseño visual de un producto hay que buscar la diferencia, como hemos dicho, pero también la relevancia. Para ello no es conveniente alejarse demasiado de lo tradicional en esa categoría. Por ejemplo, las marcas de café siempre apuestan por diseños elegantes y oscuros porque son los que asociamos a la calidad, la fuerza, el sabor o el olor del café. Alejarse extremadamente de esas directrices para ser diferente puede hacer el producto poco relevante (un paquete de café naranja, aún siendo tan diferente, pasaría desapercibido pues la gente no sabría qué esperar de él y le parecería incluso que es un bote de zumo).
Creíble: el mejor branding para un producto es el que lo hace necesario y útil. Porque un producto es más que un producto, es aquello que cubre una necesidad, y así debe presentarse. De igual modo, hay que dejar atrás discursos que hacen promesas mágicas, pues lo que no se cumpla dejará de ser creíble y afectará negativamente a la identidad (y las ventas) del producto. En este sentido, es de vital importancia tener cuidado con las palabras o ideas que intentan asociarse a un producto. Por ejemplo, la Coca-Cola Zero se vende mucho mejor que la Coca-Cola Light aunque en esencia son lo mismo. ¿La razón? La palabra «light» resulta poco creíble y «choca» con la Coca-Cola porque todo el mundo sabe que no es lo más saludable. «Zero» en cambio dice lo mismo pero con una palabra más adecuada.
Didáctico: el branding del producto debe «enseñar» al consumidor por qué es la mejor elección. ¿Qué beneficios aporta? Pueden ser emocionales (el «destapa la felicidad» de Coca-Cola) o funcionales (mejorar la salud, la rapidez de entrega, etc.).
No hay producto exitoso sin un branding que construya su identidad y la posicione como única. ¿Necesitas ayuda para crear un branding de producto único? ¡Déjanos un comentario!
En un mundo en el que las noticias nos llegan a través de Twitter y compramos los productos virales de TikTok, resulta inevitable que una marca apueste por el branding en el marketing online.
La diferencia entre hacerlo y no hacerlo está en ganar relevancia y visibilidad en un entorno cada vez más digital y también cada vez más competitivo.
Pocas son por tanto las marcas que no desarrollan y posicionan su imagen de marca en canales digitales como son las webs, las redes sociales o el email marketing.
Aunque podemos dirigir la vista hacia muchas empresas que nos sirven de ejemplo en este aspecto, la que en esta ocasión vamos a tomar como modelo es El Corte Inglés. Una empresa fundada en 1940 cuando lo digital ni existía y que con el paso de los años ha tenido que evolucionar su branding tradicional hacia uno que también cuidase y posicionase su valor de marca en el entorno online.
Te invitamos a seguir leyendo este artículo en el que estableceremos qué es el branding en el marketing online y cuál es su papel en el éxito de una marca.
«Google only loves you when everyone else loves you first.»
– Wendy Piersall
Wendy Piersall
¿Qué es el branding en el marketing online?
Si sigues las huellas digitales de El Corte Inglés no tardarás en darte cuenta de que toda su presencia online sigue una misma línea. Y esa línea es la establecida por el branding, es decir, por el conjunto de estrategias y acciones que comunican la marca.
Dentro de esas estrategias y acciones están los colores corporativos, el logo, la experiencia de compra que se ofrece al cliente, el tono de comunicación o los valores que humanizan e identifican a la marca.
El branding por tanto invade todo lo referente a la marca, tanto en el mundo offline como el online.
Qué es el branding: el alma de un negocio
Aunque ya hemos perfilado qué es el branding, es un ámbito tan amplio y tan estratégico que merece la pena ahondar más en él.
Si entendemos que la marca, según la Asociación Española de Empresas de Branding, «no es un logo, una marca no es un packaging, una marca no es una campaña de publicidad. Ni siquiera una marca es lo que tú crees que eres como tal. Una marca es lo que los demás piensan que eres.», podríamos decir que el branding es el encargado de gestionar que esa percepción sea positiva. Por lo tanto, el objetivo del branding es construir una marca sólida a ojos del consumidor.
El conjunto de estos elementos envía un mensaje al consumidor, que forma en su mente una imagen de qué es la marca.
El Corte Inglés por ejemplo se percibe como una marca de calidad y de confianza, dos valores que quedan representados a través de toda su estrategia de branding. Por ejemplo, esa imagen la transmiten los empleados siempre vestidos de traje y en tonos oscuros (el verde y negro corporativos) pero también su amplio catálogo lleno de importantes marcas o sus posts en redes sociales con mensajes sencillos, breves y directos.
Qué es el marketing online: más allá de lo tradicional
Lejos han quedado los días en los que marketing solo había uno, el que se daba en medios de comunicación como la televisión o directamente en los puntos de venta. Ahora a ese marketing se le llama «tradicional» y a su lado ha aparecido el marketing online, que es el que se da en entornos digitales y más recientes, como son las redes sociales, Internet, los dispositivos digitales u otras plataformas en línea.
Diferencias entre marketing online y marketing tradicional
Decimos que están «al lado» porque en ningún caso son contrarios. Son dos especialidades de un mismo campo: el marketing, que se encarga de la venta, la promoción y la comunicación de la marca. No obstante, es innegable que existen diferencias entre ellos:
El marketing online se da en entornos digitales.
El marketing online personaliza más los contenidos, pues el consumidor puede elegir verlos o no (algo que no pasa con los anuncios de la tele, por ejemplo).
El alcance del marketing tradicional puede ser mayor (por ejemplo, el impacto que un anuncio de TV emitido en prime time puede tener). No obstante, ese alcance también está menos segmentado (no se puede elegir a qué segmento de la población, según sus gustos o su edad, se le muestra un anuncio en el periódico, mientras que en Google Ads sí se puede targetear a grupos sociales muy específicos).
El marketing online es medible, pudiendo establecer qué consumidores a los que ha impactado una acción han terminado haciendo una compra.
El marketing tradicional tieneun costo más elevado que el online.
La interacción en el marketing online, gracias al desarrollo de las plataformas, es mucho más alta que en el marketing tradicional.
A pesar de estas diferencias, la estrategia general del branding debe ser común en ambos tipos de marketing. Eso sí, debe poder adaptarse a cada uno pues, como hemos visto, hay unas características concretas que el marketing online tiene respecto al tradicional (como son la inmediatez, el alcance o los canales de difusión).
Esa adaptación, que es relativamente reciente, ha dado pie al auge del branding en el marketing online, también conocido como branding digital.
Diferencias entre marketing online y marketing tradicional
Cuál es el papel del branding en el marketing online
Aproximadamente un 75% de las personas interactúan con las marcas a las que siguen. Las redes sociales se han convertido en este sentido en el canal predilecto para conocer las novedades de las marcas e iniciar conversaciones sobre ellas (y con ellas). No nos sorprende que, sabiendo esto, el branding tenga también un gran poder en todo lo concerniente al marketing digital.
El branding digital tiene el objetivo de crear y comunicar una identidad digital de la marca. Derivado de ello la marca aumentará sus beneficios de venta pero también la conexión con el consumidor, ya que las plataformas online favorecen esa relación marca-cliente.
Los beneficios del branding digital para crear una marca de éxito
Mientras que un anuncio de televisión tradicional no promueve la conversación con el cliente, sino que solo es la marca la que «habla», en Internet esa hiperconectividad no solo es posible, sino que es uno de los pilares sobre los que se asienta lo digital.
Te contamos cuáles son el resto de ventajas del branding en el marketing online:
Emocionalidad: normalmente en Internet se puede comunicar la marca de una manera más completa y cercana, lo que ayuda a generar emociones en el consumidor y conectar mejor con esa persona.
Omnicanalidad: Internet es inmenso pero no todo el público está en todos los sitios. El branding digital por lo tanto puede escoger los canales más adecuados para posicionar la marca según quién es el público objetivo, haciendo llegar el mensaje de manera más directa, productiva, rentable y eficiente.
Humanización: las marcas se presentan de una manera más humana en las plataformas digitales. El branding aprovecha que el canal es más directo para lanzar estrategias y llevar a cabo acciones que aportan cercanía, como puede ser el simple hecho de responder un comentario o hacer un sorteo.
Diferenciación: en plataformas digitales, como son las redes sociales, la comunicación puede ser más recurrente que en un anuncio en una marquesina de autobús, que solo se ve una vez y repite un mismo mensaje hasta que se cambia. Esa conversación continua permite transmitir mejor los valores diferenciadores de la marca.
Cómo crear una marca fuerte en línea
Una marca con una fuerte presencia online está más cerca de alcanzar el éxito que una que no lo está. El Corte Inglés es un ejemplo de cómo adaptarse a los nuevos medios perpetúa la notoriedad de una empresa.
En cambio, todos esos negocios locales que rechazan estar en línea siguen perdiendo las muchas oportunidades que Internet podría traerles. No desarrollar una identidad digital te condena al olvido, a la invisibilidad y pone un límite indeseado al posible crecimiento.
Para que tu marca esté en el primer grupo y no en el segundo, sigue leyendo nuestra guía para crear una marca fuerte en línea.
Cómo crear una marca fuerte en línea
El paso a paso para crear una buena estrategia de branding en marketing digital
Crear una marca digital sólida y fuerte es el resultado de diseñar e implementar una efectiva estrategia de branding en marketing online.
Antes de presentar nuestra guía paso a paso, queremos recordar la importancia de que el branding, digital o no, tenga la capacidad de adaptarse.
La adaptación es un factor siempre importante para cualquier marca y en cualquier ámbito, pero especialmente en el digital. Donde el entorno varía más y a mayor velocidad, no puede haber resistencia al cambio.
1. Cuida la identidad visual de la marca
El branding en el marketing online debe mostrar coherencia y consistencia. Por ejemplo, no es recomendable ni lógico que una marca tenga una foto de perfil diferente en cada red social.
Esa uniformidad en la imagen de perfil debe trasladarse también a otros elementos como colores, tipografía o incluso iconos. Por supuesto, esa identidad visual debe ser la misma online y offline para que la marca sea reconocible en cualquier medio.
2. Define a tu público, encuéntralo y comunícate con él
Las plataformas online nos ofrecen la posibilidad de llegar a un público muy amplio. Si no se segmenta a esa audiencia, el mensaje corre el peligro de perderse sin causar un impacto.
Recuerda por lo tanto que ese mayor alcance puede ser negativo o positivo según se mire. Haz un buena investigación de tu buyer persona para entender qué canal digital es más adecuado para conectar con ella.
Aprovecha por lo tanto las posibilidades de las herramientas de targetización que ofrecen plataformas como las redes sociales o el email marketing. Así podrás crear mensajes personalizados y por lo tanto más efectivos. En cambio, intentar llegar a todo y a todos no traerá ningún beneficio a la larga.
3. Enfócate en crear una estrategia de marketing de contenidos
El objetivo no es publicar por publicar porque lo online lleve a esa rapidez. El objetivo debe ser priorizar siempre la calidad y crear contenidos que aporten valor al usuario, que sean relevantes y que construyan una imagen de marca positiva.
4. No olvides la coherencia
Aunque los múltiples canales para hacer branding en marketing digital requieran adaptación (por ejemplo, un vídeo en YouTube debe tener unas características de duración y formato diferentes a las de un vídeo en TikTOk), no se puede olvidar la coherencia.
Una marca sólida y reconocible lo es porque sus valores, su tono de comunicación, su identidad visual… En definitiva, su branding, se identifica en cualquier lugar. Por ejemplo, el servicio de atención al cliente online de El Corte Inglés promete la misma resolutividad y proactividad que el personal de tiendas físicas.
Como hemos apuntado, una de las ventajas del marketing digital frente al tradicional es que este favorece y facilita la interacción.
En pocas ocasiones se puede recibir feedback tan directamente como a través de canales online. El branding por lo tanto tiene en estos canales la oportunidad de colocar al cliente en el centro y analizar con detalle cuál es la percepción de la marca, estableciendo los puntos de mejora.
Por supuesto esa bidireccionalidad también potencia la conexión emocional entre marca-consumidor.
6. Diseña una estrategia de gestión de crisis
Las plataformas online, sobre todo las redes sociales, también tienen sus sombras. Entre ellas está la mayor exposición al odio o a los comentarios negativos. Por ejemplo, antes una persona a la que no le había gustado un producto enviaba su queja por email, mientras que ahora puede dejar un comentario dañino para la imagen de marca en redes sociales.
Contestar esos comentarios desde la profesionalidad y el respeto es fundamental para la imagen de la marca y por lo tanto es tarea del branding digital. De igual modo es importante tener una guía sobre cómo gestionar crisis cuando el comentario no es solo uno y peligra la reputación corporativa.
El branding en el marketing online es la llave para una marca actual que sabe que el éxito también se da en el mundo digital. Es por eso que muchas empresas dejan en manos de profesionales la gestión de todas esas estrategias y acciones.
¿Quieres construir una identidad de marca sólida en línea? ¡Ponte en contacto con nosotros!
Construir una marca que conquiste el mercado parece a veces una ilusión, un sueño que muchas empresas tratan de cumplir. Aunque no existe una fórmula mágica para lograrlo, las estrategias efectivas de branding pueden ser la llave para abrir la puerta del éxito.
Es en la consistencia y coherencia de todos los elementos del branding donde se apoyan la identidad y el valor de una marca. Es esa solidez y diferenciación la que hace que algunas marcas pasen desapercibidas y otras sean reconocibles en todo el mundo.
¿Cómo hacer que tu marca este en el segundo grupo? Te lo contamos en este artículo.
¿Qué es el branding y por qué es esencial para el éxito empresarial?
El branding lo conforman todas las acciones, estrategias y elementos que tienen como objetivo transmitir el valor de una marca y lograr que esta conecte con el consumidor, haciéndola reconocible y relevante.
«El branding exitoso se trata de crear una conexión emocional con tu audiencia y ofrecerles valor auténtico»
– Richard Branson
Richard Branson
Definición de branding
El branding es un mundo lleno de creatividad pero también mucha estrategia. Construir la imagen de una marca va más allá del diseño del logo o la elección de unos colores. Ese diseño y esos colores deben responder al objetivo de identificar, posicionar, diferenciar y transmitir la marca.
Cuando se construye una marca son las estrategias efectivas de branding las que logran que haya coherencia y consistencia entre todos los elementos que la conforman. De este modo la marca no solo resulta reconocible, sino que también se establece una conexión con el consumidor. Por ejemplo, cuando vemos el logo de la manzana mordida no solo pensamos en «Apple», sino en todo lo que la marca representa y en sus valores (calidad, profesionalidad, innovación, tecnología…).
Definición de branding
Los elementos del branding
Una marca por lo tanto tiene éxito cuando todo aquello que la conforma transmite su identidad y sus valores. Para que así sea, es imprescindible considerar todos los elementos del branding de manera global y no solo como aspectos individuales e independientes.
Te contamos cuáles son estos elementos del branding y cuál es la función de cada uno:
La propuesta de valor: recoge los valores de una marca, haciéndola más humana y otorgándole un propósito más allá de la venta.
El nombre: identifica a la marca, por lo que debe ser único pero al mismo tiempo fácil de recordar.
La personalidad de una marca: representa los valores que humanizan a la marca y con los que los consumidores se identifican.
La identidad visual: es el conjunto de activos visuales propios de la marca (logo, colores, tipografía, iconos, diseño de fotografías…).
El tono de comunicación: es aquel con el que la marca «habla» al cliente y que ayuda a hacerla reconocible.
Los productos y servicios: lo que la marca ofrece también representa cómo es y debe ser coherente con su personalidad.
La experiencia de marca: abarca los componentes que influyen en todos y cada uno de los contactos que el cliente tiene con la marca (servicio al cliente, usabilidad web, diseño de los establecimientos, etc.).
Estas definiciones tan concisas pero abstractas a la vez suelen ilustrarse mejor con un ejemplo. Así que pensemos en una marca como Ikea.
Ikea como ejemplo para entender qué es el branding
La marca sueca de muebles se caracteriza por muchas cosas (sus tiendas, el minimalismo de sus muebles, lo asequible de sus precios…) y todas ellas persiguen el mismo objetivo: poner al consumidor en el centro. La interacción con el cliente es fundamental y es uno de sus valores, por ello cada decisión está tomada desde esa perspectiva.
Sus tiendas permiten que el cliente pruebe los productos y vea ejemplos de uso.
El packaging de sus productos intenta que estos ocupen el mínimo espacio posible para que el consumidor pueda incluso llevárselos directamente de la tienda a su hogar.
Los muebles vienen desmontados, pero esto permite reducir el precio final para que este sea más asequible.
Los diseños son más bien minimalistas (también como un guiño al origen sueco de la marca), lo que los hace adaptables a cualquier cliente o tipo de casa.
Cómo conquistar el mercado a través del branding efectivo
Nadie puede negar que Ikea ha conquistado el mercado de la venta de muebles y el interiorismo. Su ejemplo puede servir de inspiración para tu marca, pero son las estrategias efectivas de branding las que harán que logre sus propios hitos.
Te contamos cómo hacerlo.
Por qué desarrollar una estrategia de branding
Que el branding es fundamental para el éxito de una marca no es ningún secreto. Si pensamos en empresas que, como Ikea, han marcado la diferencia y son reconocibles, vemos que tras su logo, sus colores o la experiencia del cliente hay una identidad de marca sólida, reconocible y posicionada tanto en el mercado como en la mente del consumidor.
Las estrategias efectivas de branding no se quedan por lo tanto en un logo bonito, sino que se traducen en:
Más clientes y más fieles.
Alta consolidación en el mercado.
Más ventas, más beneficios y mayor rentabilidad de los esfuerzos dedicados al branding.
Beneficios de las estrategias efectivas de branding
Diferencia a la marca: la competencia siempre va a estar ahí, la cuestión por tanto es diferenciarse de ella y hacer que el consumidor vea nuestra marca como única y de confianza. Para ello no sirve con ofrecer un producto o servicio «bueno», sino que hay que construir a su alrededor toda una identidad característica.
Conexión emocional: el consumidor ya no solo quiere que se le venda y comprar, quiere conectar con la marca a un nivel más profundo, recomendándola y llevando sus productos con orgullo. El branding genera esas conexiones, pues el producto/servicio, como hemos visto, es solo un elemento más.
Cumple objetivos: una marca debe tener siempre unas metas claras (tanto cualitativas como cuantitativas). El branding coloca esas metas en el centro de su estrategia para que cualquier acción de la marca persiga su cumplimiento, mejorando así la toma de decisiones.
Genera imagen de marca: y asocia una serie de ideas y valores a esa imagen de marca, de modo que el consumidor piense en la marca como un todo.
Despierta confianza y credibilidad: una marca sólida es percibida como familiar y cercana.
Beneficios de las estrategias efectivas de branding
Estrategias efectivas de branding para desarrollar una marca exitosa
Sabemos qué es el branding y conocemos su importante papel en el éxito de una marca. El siguiente paso es establecer estrategias efectivas que favorezcan el cumplimiento de los objetivos marcados.
Lo primero que hay que destacar es que una estrategia no solo consiste en implementarla, sino en diseñarla de acuerdo a las necesidades y características de la marca.
Cómo plantear estrategias efectivas de branding
Además de establecer estrategias efectivas de branding paso a paso y considerando las particularidades e intereses de la marca, también es importante entender que el branding es un proceso continuo.
Para ello debe hacerse una investigación de mercado y determinar qué público estaría interesado en tu producto o servicio. A partir de esos datos (tanto cualitativos como cuantitativos) tendrás una primera aproximación a ese público objetivo.
Otra técnica utilizada por muchas empresas y complementaria es definir al buyer persona, es decir, una representación ficticia del cliente ideal. Ponerle cara, nombre, gustos e incluso trabajo, y tener esa imagen en mente, ayudará en la toma de decisiones sobre el branding.
Los valores, la misión y la visión
Para conectar con los clientes y posicionarse como una marca sólida y relevante, deben establecerse:
Una misión: el propósito de marca capaz de ser comunicado a través de todos los elementos del branding.
Una visión: hacia dónde va la marca y qué quiere conseguir con aquello que ofrece.
Unos valores: las cualidades que la definen y la hacen diferente.
Para definir estos elementos, además de tener claro el por qué de la marca, debe hacerse un análisis de la competencia. No es suficiente con establecer unas características de la marca y su producto/servicio, sino que es imprescindible encontrar y destacar aquellas que resultan diferenciadoras y únicas.
Diseñar la identidad visual de la marca
El primer contacto que un cliente va a tener con tu marca, en la mayoría de los casos, va a ser visual. Por ello es importante que todos los activos visuales de la marca (logo, colores, tipografía, iconos, imágenes…) reflejen la identidad de la marca y favorezcan su posicionamiento.
Por ejemplo, una marca joven como Urban Outfitters se preocupa de que todo aquello que el cliente ve transmita ese mensaje de vitalidad y modernidad. Para comprobarlo solo hace falta echar un vistazo a su página web, en la que prima el color y el movimiento.
Comunicar la marca
Además de con los activos visuales, una marca se comunica a través de su voz.
Aunque está claro que una marca no tiene una voz como la que tiene una persona, sí que posee un tono de comunicación que la caracteriza y le permite transmitir emocionalidad a su público.
Definir cuál es ese tono es clave para poder realizar una comunicación efectiva y consistente en plataformas como redes sociales, web o incluso slogans en tiendas.
El objetivo es que un cliente sea capaz de reconocer a la marca por su voz y que esta le transmita aquellos sentimientos y emociones asociadas a la marca.
Elegir y cuidar los canales de comunicación
No todos los canales de comunicación son aptos para todas las marcas, pues dependen en gran medida del tipo de marca qué es y del público al que se dirige.
Una estrategia efectiva de branding por lo tanto es la que establece en qué canales es más adecuado comunicarse. Asegurándose también de que en todos aquellos elegidos la imagen de marca sea reconocible.
Los canales principales son:
Página web
Redes sociales
Publicidad
Puntos de venta físicos y packaging (si los hay)
Atención al cliente
Qué no puede faltar en las estrategia efectivas de branding para construir una marca exitosa
Un cliente está en una tienda y, de entre todas las marcas de cereales, escoge una en concreto. ¿Qué factores determinan que un consumidor elija esa marca y no otra?
Antes de enumerar y explicar cada uno de estos factores, te adelantamos algo: todos dependen de estrategias efectivas de branding.
Relevancia
Es muy complicado que un consumidor escoja una marca que no conoce o que no le resulta relevante en algún aspecto.
La relevancia por lo tanto no tiene por qué significa ser conocida mundialmente, simplemente haberse posicionado de manera efectiva en la mente del consumidor como una marca que satisface una necesidad.
Elementos diferenciadores
Para destacar en el mercado y que los consumidores piensen en ella y no en otra una marca debe ser diferente en algún aspecto. Por ejemplo, porque aporta un valor añadido (un diseño único, un precio asequible, un programa de afiliación, etc.).
Autenticidad
La diferencia termina convirtiéndose en autenticidad, y el branding debe explotar esa idea.
Marcas como Coca-Cola se han posicionado no solo como diferentes, sino como auténticas (por ejemplo, su sabor no es simplemente diferente al de Pepsi, sino que es auténtico).
Constancia y presencia
Una marca no puede ser olvidada y para ello, especialmente en estadios iniciales, es imprescindible que esté presente (a través de los diferentes canales de branding) y que esa presencia sea constante y coherente.
Adaptación
Lo hemos mencionado antes, una marca (y el branding como estrategia para construirla) debe estar dispuesta a cambiar cuando el contexto interno o externo así lo soliciten. Lo recomendable es no esperar demasiado para hacerlo, pues esa resistencia al cambio puede ser vista como negativa y hacer que los consumidores pierdan la confianza y la conexión con la marca.
Emoción
Las marcas que triunfan en la actualidad son humanas y uno de sus valores añadidos es la emocionalidad.
Una emocionalidad que favorece la identificación y la conexión con la audiencia. Además, diferencia a la marca, pues un competidor podría de manera más o menos fácil replicar la estrategia de precios, pero no aquello que se transmite a nivel emocional.
Lealtad
Siempre es más sencillo mantener un cliente fiel que conseguir uno nuevo, por eso en una estrategia efectiva de branding nunca pueden faltar acciones para incrementar la lealtad del consumidor que ya conoce la marca.
Ejemplos de estrategias efectivas de branding
A lo largo de este artículo hemos mencionado como marcas como Ikea, Apple o Coca-Cola han implementado estrategias efectivas de branding. ¿Qué otras marcas puede servirnos también de ejemplo e inspiración?
Juegan por lo tanto claramente con la emocionalidad, mostrando siempre historias de personas que demuestran su cariño y esa colaboración. Lo hacen además en una época (la Navidad) en la que el contexto también llama a la empatía, a pasar tiempo con la gente y a ayudarse.
Aerie
En un mundo, como es el de la moda y la lencería, tan irreal y estereotípico en cuanto a la representación de cuerpo, Aerie encontró su diferencia en la misión que transmitía: inclusividad total.
La marca por lo tanto se ha posicionado como una que apuesta por la diversidad corporal, algo que queda reflejado no solo en su producto sino también en la forma que tiene de comunicarlo (para sus campañas cuentan con modelos diversas y apenas editan las imágenes).
Ese auge ha sido posible gracias a un posicionamiento arriesgado pero efectivo. Definieron muy bien a su público objetivo (un público joven de unos 20 años) y le ofrecieron un producto que le atrajese. Lo hicieron con una comunicación y un branding muy acertados: influencer marketing, ecommerce, precios asequibles y colaboración con marcas de otros ámbitos pero con el mismo público objetivo.
Sin duda la clave fue no vender solo un producto, sino toda una actitud asociada a este.
Como estos hay miles de ejemplos más de marcas que han conquistado el mercado gracias a estrategias efectivas de branding. La buena noticia es que con el asesoramiento profesional adecuado, tu marca también puede llegar a ese Olimpo.
Al implementar estrategias efectivas de branding, podrás marcar tu propio rumbo hacia el éxito empresarial. Conquista el mercado destacándote con una marca sólida y auténtica. ¡No subestimes el poder del branding para alcanzar el éxito deseado!
Si te preguntamos cuál es el alma de tu negocio, ¿qué contestarías? Las respuestas pueden ser muchas, pero te podemos asegurar que todas, en mayor o menor medida, constituyen elementos del branding.
Porque el branding, aunque suene algo cliché decirlo, es todo. Es el logo, es el nombre, es la experiencia de compra, son los colores, la tipografía… En su coherencia y su consistencia (tanto entre ellos como con los valores de la marca) reside gran parte del éxito de una empresa.
«Your brand is what other people say about you when you’re not in the room.»
Jeff Bezos
Es por eso que en el diseño de una marca deben considerarse todos los elementos del branding.
Jeff Bezos
Qué es el branding
Solo con la introducción ya has podido ver que bajo el paraguas del branding caben multitud de elementos, desde el logo hasta el nombre pasando por la experiencia de compra diseñada para el consumidor como protagonista.
La realidad es que el branding es todo eso y más. Según la definición de la escuela Elisava, el branding es el «conjunto de acciones relacionadas con el posicionamiento, el propósito y los valores de una marca.» Gracias a estas acciones se consigue que cliente y marca establezcan una relación única y significativa que se traduzca no solo en ventas, sino también en valores como confianza o seguridad.
Lograrlo es fruto del trabajo conjunto de equipos como el de marketing, el de atención al cliente o el de ventas. El siguiente paso es diseñar y utilizar los elementos de branding con coherencia y de forma alineada.
Por qué el branding es clave e importante para el éxito de una marca
No hay marca sin branding, porque entonces solo estaríamos ante un nombre o ante un logo, elementos individuales pero sin consistencia entre ellos.
Para que una marca sea percibida como tal, debe haber una identidad tras ella y unos valores que la identifiquen y la hagan única. Pero los valores son intangibles, o al menos lo son hasta que el branding aparece como un medio para implementarlos y darles vida a través de acciones concretas.
De este modo, el branding es el encargado de que la marca:
Posea una personalidad que la identifique y al mismo tiempo haga que los consumidores se identifiquen con ella.
Sea reconocible a través de los diversos elementos del branding, especialmente a nivel visual (tanto cuando se percibe uno solo o un conjunto de ellos).
Genere confianza y seguridad entre los clientes y conecte emocionalmente con ellos.
Se diferencie de otras marcas de la competencia.
La relación entre branding e imagen de marca: el ejemplo de Zara
Pongamos un ejemplo, trae a tu mente el logo de Zara. ¿Qué te sugiere? ¿En qué te hace pensar? Objetivamente un logo solo es eso, un icono que, en el caso de Zara, muestra el nombre de la empresa. Sin embargo, lo que transmite es mucho más.
Así, cuando piensas en el logo, el nombre o los colores corporativos (de Zara o de cualquier otra marca), no los ves como elementos individualizados y descontextualizados, sino como una parte de un todo que resulta ser el valor de marca de Zara.
Por supuesto, Zara es un caso único y que ha conseguido una relevancia mundial. Pero si lo ha hecho no ha sido solo por unos precios más bajos, sino por toda una identidad de marca que gira alrededor de la misma propuesta: ser un motor de cambio en el panorama de la moda.
Bajo este lema se han puesto en marcha todos los elementos del branding, y su ejemplo nos va a servir par ir analizando cada uno de ellos.
Elementos clave del branding
Elementos clave del branding
¿Cómo se construye una marca? Una vez tenemos claro que son muchos los elementos del branding, surgen dudas sobre cómo desarrollar cada uno de ellos, dándoles un sentido completo y coherente.
Es importante mencionar una vez más que la marca no es solo lo que se ve, sino lo que se transmite y lo que representa. Por lo tanto, una marca se construye tanto con lo visual como con lo emocional, por lo que habrá componentes tangibles e intangibles.
La propuesta de valor: el punto de partida para los elementos del branding
De algún modo la propuesta de valor es el elemento del branding central. Definirla adecuadamente y según los valores y la identidad de la marca nos dará la base para desarrollar el resto de componentes.
La importancia de este propósito de marca se entiende analizando el comportamiento de los consumidores en la actualidad. El cliente ya no solo quiere comprar un producto o servicio, busca que la marca aporte algo más. Ese «algo más» puede ser un compromiso con alguna causa social o la sensación que produce ser cliente de esa marca (prestigio, lujo, etc.), por ejemplo. Es decir, se buscan marcas humanas, y no hay nada más humano que poseer unos valores y vivir (o mejor dicho, comercializar) de acuerdo a ellos.
La propuesta de valor de una marca lo que hace es recoger esos valores, actuando no solo como una carta de presentación sino como la columna sobre la que se vertebran el resto de componentes corporativos.
Como ya hemos mencionado, el propósito de Zara es «ser un motor de cambio en el panorama de la moda», algo que queda reflejado es todo su universo, desde un logo sofisticado y que parece estar siempre en tendencia hasta una experiencia de compra que hace la moda accesible en todos los sentidos.
El slogan: uno de los elementos del branding que mejor refleja la propuesta de valor de la marca
«I’m lovin’ it». ¿Te suena verdad? Fue el slogan de McDonalds durante años, repetido en el mundo entero y convertido en un elemento corporativo inconfundible. Por supuesto, representaba la identidad de marca: modernidad, juventud, alegría y sabor.
El slogan por tanto tiene una función muy importante, pues en una frase corta debe recoger la propuesta de valor de la marca para que esta sea identificable entre la audiencia.
Estas son por lo tanto las características básicas con las que debe cumplir el slogan de tu marca:
Breve (como «Hello, Moto» de Motorola)
Impactante (como «Porque yo lo valgo» de L’oreal)
Atractivo (como «RedBull te da alas»)
Memorable y fácil de memorizar (como «Rexona no te abandona»)
Inspirador (como «Destapa la felicidad» de Coca-Cola)
Naming: por qué el nombre importa
Que el nombre de una marca es importante no es ningún secreto. Es aquello que la identifica de forma más natural, pero para que así sea debe reflejar la identidad de marca y transmitir aquello que esta representa.
Aunque elegir un buen nombre no es fácil, hay algunas directrices para hacerlo de manera estratégica y según los preceptos del branding:
Que sea único: ¿sabías que Zara en principio se iba a llamar Zorba? Pero terminó llamándose Zara porque Zorba ya estaba pillado (un establecimiento cercano a la primera tienda de Zara tenía ese nombre). Aunque ahora eso daría igual porque Zara ya es un gigante, lo cierto es que crear una confusión con el nombre y que este estuviese «repetido» quizá no le habría dado esa imagen de originalidad, excelencia y singularidad con la que Zara quería posicionarse.
Que sea sencillo: nombres largos o difíciles de pronunciar no serán recordados, y es importante que la gente pueda hacerlo. Además, a la hora de crear imagen de marca tampoco es conveniente que nadie sepa escribirlo correctamente.
Que sea coherente con la marca: ¿qué evoca la marca? ¿Qué la hace diferente? Trata de que el nombre refleje la propuesta de valor. Por ejemplo, Freshly Cosmetics se ha posicionado como una marca de cosmética revolucionaria, natural y sostenible, algo que se recoge muy bien con la palabra «Freshly».
Cuidado con el idioma: la decisión sobre utilizar un naming en español (o el idioma del país de origen de la empresa) o en inglés (o una palabra abstracta que no exista en ningún idioma) dependerá en gran medida de los planes de internacionalización de la empresa y, de nuevo, de cómo quiere posicionarse. El inglés por lo general expresa sofisticación e incluso calidad, aunque no hay que olvidar que puede hacer que el nombre no se entienda.
La personalidad de una marca
Ya hemos mencionado cómo en la actualidad los consumidores eligen aquellas marcas con las que se identifican y con la que conectan. Como si fuese una amiga, confían en ella por aquello que expresa y aquello que es. Esto explica el triunfo de marcas que se presentan como jóvenes y que apuestan por una imagen de marca rompedora, como es el caso de Desigual.
Pero no es necesario que la personalidad de marca sea «joven» y «divertida», simplemente debe serauténtica y resultar amable para su público objetivo.
Zara por ejemplo no es «graciosa» ni sus mensajes se viralizan por ser revolucionarios. No obstante, tampoco lo necesitan, pues su personalidad de marca es elegante, sofisticada y racional. Quienes compran en sus establecimientos quieren sentirse así y mostrar esa imagen de sí mismas.
La personalidad de una marca por lo tanto es la representación de aquellos valores que la marca quiere transmitir, que deben ser los mismos que inspiran (y a los que aspiran) a sus clientes.
La identidad visual
Dentro de la identidad visual o gráfica se encuentran el logo, los colores o la tipografía corporativa. Al ser visuales, son componentes que conectan de manera directa con los consumidores por lo que son clave a la hora de transmitir una imagen de marca. Todos estos activos deben resultar llamativos pero no quedarse ahí, es fundamental que además de captar la atención sean memorables y transmitan los valores de la marca.
Por lo tanto, como en cualquier otro elemento del branding, hay que colocar de nuevo al cliente en el centro, y no solo a la marca. Además, deben considerarse otros aspectos:
Conceptualizar aquello que define a la marca y al cliente ideal.
Crear moodboards con colores, tipografías, símbolos, imágenes, formas… Que transmitan lo que es la marca y que sirvan como un punto de inicio para definir los elementos gráficos de esta.
Asegurarse de que el equipo de branding, especialmente si se ha externalizado a una agencia de medios especializada, tiene un briefing completo con información sobre la marca y el buyer persona al que esta se dirige.
Priorizar, más allá de los gustos personales, la unidad, la coherencia y la capacidad diferenciadora de cada activo visual.
En cuanto a cuáles son los activos necesarios, el punto de partida es un logo (con sus respectivas variaciones), una paleta de colores y un set tipográfico. Es recomendable contar también con iconos, animaciones y filtros para la edición de fotos y vídeos. Es decir, elementos todos que otorgarán consistencia a cualquier publicación (digital o física) que pueda salir de la marca.
La identidad visual
El tono de comunicación de una marca
¿Alguna vez has leído un post en instagram y sin ver de qué cuenta era has reconocido la marca? Si te ha pasado, es un motivo para felicitar a la marca, que sin duda ha desarrollado un tono de comunicación único y reconocible.
Zara por ejemplo es una de esas marcas. Su tono es sobrio, nada recargado pero por eso mismo elegante; justo como su ropa que, salvo en ocasiones como la reciente y viral campaña con Barbie, está diseñada en tonos neutros y cortes rectos.
De nuevo, comprobamos como hasta la manera de redactar un texto para web o redes refleja la identidad y el valor de la marca. La razón es que ese tono, esa voz corporativa, es un elemento del branding.
Puede que tu marca no sea Zara, pero hay una serie de consejos muy útiles que puedes aplicar para definir el tono de comunicación:
Haz un brainstorm (una lluvia de ideas) de aquellas palabras y conceptos que hagan match con tu marca. Utiliza esas palabras con frecuencia para identificar tus mensajes (por ejemplo, hay marcas sostenibles que usan términos como «revolución»).
Investiga a tu público para entender cómo se comunica y, por lo tanto, qué tipo de voz le resultará más atractiva.
Analiza los tonos de comunicación de la competencia para encontrar uno que sea diferente y que no pueda confundirse.
No tengas miedo a adaptarla según el canal en el que vayas a comunicar un mensaje. No es lo mismo Instagram que el email marketing. El público que encontrarás en cada uno de estos canales, aunque sea parte de tu audiencia, tendrá unas características más concretas (por ejemplo, el de redes será más joven que el de la newsletter) y un modo diferente de comportarse en cada plataforma (la rapidez de Instagram vs. la calma de leer un email).
Productos y servicios: por qué también son elementos del branding
Lo que una marca ofrece a su consumidor, sea esto un servicio o un producto, es lo que más determinará la opinión de ese consumidor. Que el producto/servicio realmente refleje lo que la marca proyecta es imprescindible. De esa promesa y esas expectativas cumplidas depende que el cliente siga confiando en la marca y no la vea como una impostora.
Volvemos al ejemplo de Zara, que promete hacer accesible la moda que antes solo pertenecía a unos pocos, posibilitando que cualquier persona pueda cambiar su armario y estar al día con las tendencias. ¿Lo cumplen?
Lo cierto es que el producto de sus tiendas se renueva cada dos semanas, llegando siempre nuevas prendas que están en tendencia e incluso se adelantan a ella. Por otro lado, el precio es más bajo que en tiendas de alta gama, pero la calidad es mayor que en tiendas low cost tipo Primark.
Además de Zara, tenemos otros ejemplos de cómo el producto/servicio deben reflejar la imagen de la marca y resultar identificativos de esta:
El sonido de un KitKat al dividirse.
El crujiente del pollo empanado del KFC.
El dulzor y sabor único y original de la Coca-Cola.
La durabilidad de unas zapatillas Converse.
La resolutividad del servicio de Apple.
Esos atributos de producto/servicio son elementos del branding. Lo son porque identifican a la marca y, sobre todo, porque sus competidores intentan imitar esas fórmulas secretas pero no lo logran, precisamente, porque son propias y únicas de esa marca.
La experiencia de marca
Muy unida al branding del producto/servicio está la experiencia de marca, entendiendo esta como el conjunto de aspectos que influyen en la experiencia que un cliente tiene con una marca.
La realidad es que el consumidor puede entrar en contacto con una marca por muchos canales (redes sociales, escaparates, atención al cliente, probadores…). La experiencia global debe ser coherente con aquello que la marca es.
Por ejemplo, Zara cuida cada uno de esos puntos de contacto, desde antes de que se produzca la venta hasta después. Sus establecimientos físicos tienen un olor característico y en ellos suena una música concreta, y en su ecommerce también priorizan la usabilidad web mediante un buen diseño UX que invite a llenar el carro.
Crea una experiencia de marca desde el branding y logra que tus clientes, estén donde estén, la reconozcan.
Conclusión: todos los elementos del branding conforman el alma de tu negocio
Una marca es un todo compuesto por muchas partes, todas igual de importantes, necesarias y relevantes. Si una falla, se pierde coherencia, consistencia y unicidad.
Es ese conjunto cohesionado alrededor de la identidad de marca el que conseguirá que el alma de tu negocio se reconozca, se valore y cause un impacto más allá de la venta.
¿Necesitas ayuda para definir los elementos de tu marca? ¡Déjanos un comentario o ponte en contacto con nosotros!
Hace unos años se puso de moda un juego para el móvil que consistía en ver logos y adivinar el nombre de la marca. ¿Lo recuerdas? Además de entretenido, sirve como prueba de cómo dominar el arte del branding puede hacer que una marca sea un éxito y, sobre todo, sea recordada.
Porque ese juego demostró, aunque parezca contradictorio, que una marca es mucho más que un logo. ¿Cómo es eso posible? Porque aquellas que los usuarios reconocían más rápido eran aquellas marcas que a su alrededor habían construido todo un universo que dejaba huella en los consumidores.
Ese es precisamente el poder del branding: lograr que una marca sea reconocible, identificable y genere una conexión.
«Una marca exitosa no solo vende productos o servicios, sino que también crea una conexión emocional con sus clientes»
Simon Sinek
Si tú también quieres dominar el arte del branding y crear un negocio exitoso y memorable, sigue leyendo y déjanos descubrirte el secreto de las marcas que dejan huella.
El Arte de la Primera Impresión: Cómo el Branding Puede Preparar el Terreno para el Éxito Empresarial
La primera impresión que un consumidor tiene de una marca puede llegar de muchas maneras: a través de una fotografía en redes sociales, de un anuncio en la tele, de una reseña en internet o de la recomendación de un amigo. Que todas esas fuentes transmitan el mismo mensaje y una percepción positiva de la marca es tarea del branding.
¿Qué es el branding y por qué es fundamental para el éxito empresarial?
Branding no es sinónimo de logo o ni si quiera de identidad visual, aunque mucha gente comete ese error. Bajo el término «branding» se agrupan todas las acciones y estrategias de marca que persiguen generar una imagen y unas emociones concretas de esta.
Por supuesto, estas ideas y emociones siempre son de carácter positivo, pero deben ser más concretas según la identidad de la marca que se intenta transmitir: confianza, seguridad, cercanía, profesionalidad, modernidad…
Aunque pueda parecer repetitivo, volvemos a insistir en «ideas y emociones», porque son dos palabras claves para entender que un buen branding no solo se preocupa por la mente del consumidor (es decir, por la idea de la marca que este tiene), sino también por su corazón (esto es, la emoción que la marca le genera).
¿Cuál es tu marca de ropa favorita? Cuando piensas en ella seguro que el nombre despierta una serie de imágenes, sentimientos y recuerdos en tu mente. No solo piensas en una camiseta o en cualquier otro producto, sino en la primera vez que compraste ahí, en cómo fue la experiencia, en el estilo de esa ropa que tanto te gusta… Además, todos esos inputs seguro que tienen elementos en común que identifican la marca y logran que no puedas confundirla con otra.
Elementos clave del branding
Con ese primer ejemplo de tu marca favorita ya has podido darte cuenta de que el branding implica muchos elementos y que es el conjunto de ellos el que crea el valor de una marca:
Propuesta de valor: lo que la marca promete «dar» al consumidor ya no puede ser solo un producto o servicio, sino que asociado a este debe haber un valor que impacte y humanice. Un ejemplo es Coca-Cola, que promete la felicidad y no simplemente una bebida. Esta propuesta debe poder recogerse en un slogan («destapa la felicidad»).
Personalidad: las marcas actuales son humanas, y por eso en su estrategia de branding debe prestarse atención a desarrollar su personalidad.
Nombre: está claro que el nombre es importante, y al escogerlo una empresa debe valorar que sea evocador y único.
Logotipo: igual que el nombre, debe transmitir la identidad y el valor de la marca, buscando que sea lo suficientemente simple para ser recordado pero a la vez complejo para ser memorable.
Colores: la psicología del color es fundamental en este sentido, pues un color u otro puede transmitir emociones diferentes. Por ejemplo, el negro es seriedad, mientras que el verde naturaleza (por eso muchas marcas comprometidas con el medio ambiente lo incluyen en su branding).
Tono de comunicación: una marca tiene una voz representativa y con ella hablará a los consumidores. Si una marca quiere posicionarse como seria, utilizará la tercera persona y un estilo más directo, mientras que una marca que quiere ser vista como joven hablará en primera persona y con una mayor adjetivación.
Experiencia: cada vez que el consumidor interactúe con la marca, ese contacto debe ser consistente con el branding y transmitir el valor de la marca. No puede ser que los establecimientos de una empresa posicionada como «profesional» estén desordenados.
Pasos para convertir tu negocio en una marca de éxito
No hay un método científico que pueda aplicarse para lograr una marca de éxito. Leer las historias inspiradoras de personalidades como Steve Jobs no hará que tu negocio prospere y sea memorable.
La realidad es que todo el mundo puede tener un negocio, pero solo quienes realmente apuestan por una estrategia de marketing digital y branding pueden construir una marca de éxito. Porque la verdad es que sin una buena identidad de marca, consistente, cautivadora y que perdure en el tiempo, el consumidor no se convertirá en un cliente fiel.
El proceso para llegar allí implica trabajo y dejar de pensar en la empresa como una marca registrada bajo un nombre o un logo, y empezar a considerarla un ente que debe conectar a un nivel profundo con quien se encuentre con ella.
Encontrando al buyer persona
El primero paso para construir una marca de éxito es entender que ese éxito se dará gracias a los consumidores. Para que así sea, es importante que la marca responda a las necesidades del consumidor y lo haga de una manera única.
Es por ello que hay que definir quién es el buyer persona o público objetivo. Es importante tener información específica (basada en datos reales o hipótesis probadas) de cómo es, desde sus características, hasta sus necesidades pasando por su estilo de vida.
Cuanto más precisa sea la descripción del comportamiento de ese cliente ideal, mejor podrá construirse la marca y orientarse la estrategia de branding, pues todas las decisiones se tomarán pensando en esa persona que luego conectará (y comprará) con la marca.
Investigación del mercado
Una vez se tiene clara la audiencia hacia la que la marca se dirige, hay que comprobar cuáles son los competidores. Esto es importante porque apenas hay segmentos de mercado totalmente vacíos y sin competencia.
Es por ello que resulta imprescindible analizar esa competencia y su posicionamiento para buscar un hueco en el que nuestra marca pueda diferenciarse con sus valores identitarios, originales y reconocibles.
Identidad de marca propia: encuentra la propuesta de valor
Teniendo claro dónde puede posicionarse la marca respecto a los competidores y los consumidores, resulta más fácil definir la identidad de la marca, su visión y su voz. Es importante que estos tres elementos estén alineados y transmitan lo mismo.
Ese «algo» que transmiten es la propuesta de valor, que debe ser única y responder a las necesidades (comerciales y emocionales) del consumidor.
Diseña la identidad visual de tu marca
Cuando la identidad de la marca está definida en un nivel abstracto, es momento de construirla físicamente, es decir, darle forma a través de elementos como el logotipo, los colores de marca o el diseño de los posts en redes sociales. Es un paso fundamental, pues es principalmente a través de la vista que la marca llegará a los consumidores.
Todos esos activos conforman la identidad visual de una marca y no solo deben ser consistentes entre ellos, sino también con los valores de la marca, de modo que todos reflejen la misma identidad.
Un branding estratégico y consistente
Cada elemento del branding debe seguir la misma línea. De no hacerlo, la marca se convertirá en un puzle de piezas que intentan encajar entre sí pero sin lograrlo.
Pongamos un ejemplo: piensa en una marca como Milka, cuya personalidad es divertida, cercana e incluso algo infantil. Para ello utilizan como slogan «tierno de corazón» y el morado/lila como color. Ambos elementos reflejan su propuesta de valor: un chocolate dulce que invita a compartir. Ahora piensa en Valor, otra marca de chocolate cuya paleta de colores es más oscura, más seria y más adulta, de ahí surge también su slogan «placer adulto», dando un significado totalmente diferente al alimento y a la marca.
Si cambiásemos el slogan de una marca por el de otro pero manteniendo el resto de su branding, ¿sería raro verdad? Las tonalidades pastel y la tipografía infantil de Milka no hacen pensar en placer adulto, igual que el negro de las tabletas Valor no despiertan ternura precisamente. Estos son dos claros ejemplos de que cuando los activos visuales de una marca no concuerdan entre sí y con el resto del branding, la marca carece de solidez.
De la Visibilidad a la Memoria: Cómo el Branding Puede Convertir tu Negocio en una Marca Inolvidable
El objetivo de cualquier marca es resultar inolvidable, que cualquier interacción de un consumidor con ella no sea vista como una más, sino que se recuerde y se valore como positiva.
Es sin duda ser memorable lo que otorga prestigio a una marca. Prueba de ello son empresas como Starbucks, Converse o Vespa, que permanecen en la mente de las personas incluso cuando estas no son consumidoras.
Está claro que pare ser reconocible en el mundo entero se necesita ser capaz de internacionalizar la producción e invertir grandes cantidades en publicidad. No obstante, también se puede llegar a ser una marca inolvidable a menor escala, buscando siempre que el cliente tenga una buena experiencia y se genere una relación emocional que vaya más allá de la compraventa.
Cómo dejar una huella duradera en la mente de tus clientes
Uno de los grandes objetivos de cualquier estrategia de marketing y branding es que la marca se recuerde y genere una huella en la mente (y en el futuro comportamiento de compra) del cliente.
¿Por qué es tan importante? Porque los consumidores ya no solo nos guiamos por la etiqueta del precio, sino por aspectos como los valores de la marca (si es sostenible, si apoya a alguna organización solidaria) o la experiencia de compra. La percepción de una marca por lo tanto abarca múltiples factores, y de todos ellos se ocupa directa o indirectamente el branding.
El primer consejo que por tanto podemos darte es considerar siempre al cliente como el protagonista del branding, colocándolo en el centro de las estrategias de administración de marca y evaluando de manera constante cuál es su percepción.
Cómo crear una conexión emocional con el cliente
Los seres humanos nos movemos por emociones, también a la hora de comprar o contratar un servicio. Es por ello que las marcas deben considerar siempre la emocionalidad en la planificación de sus campañas y estrategias de branding.
Lograrlo por lo tanto implica construir una identidad de marca sólida y cautivadora y aplicar estrategias de marketing emocional, como son las siguientes:
Apuesta por el storytelling y comunica la visión, la misión y los valores de la marca a través de historias que humanicen y al mismo tiempo sean fáciles de recordar.
Busca la originalidad: cuando se superan las expectativas del cliente se potencia la conexión emocional, porque esa persona recordará la marca como sinónimo de una experiencia positiva o de una campaña de publicidad única y memorable, por ejemplo.
Potencia la lealtad del cliente: no se trata de ser un coleccionista de consumidores y hacerse con cuantos más mejor. En cambio, la idea es crear una relación emocional con cada cliente de modo que este vuelva una y otra vez a la marca, la recomiende y se sienta parte de ella. Centra por tanto los esfuerzos de tu marca en mantener clientes en lugar de conseguir nuevos (lo que además es más caro).
No olvides que lo visual también transmite emociones, por lo que elige colores e imágenes corporativas que transmitan esa emoción que intentas generar.
La garantía de un servicio al cliente de 10: clave para una marca de éxito
¿En qué marca nunca volverías a comprar o contratar un servicio? Nos atrevemos a decir que será en aquella en la que tuviste que esperar horas al teléfono, en la que tu pedido no llegaba ni sabías su estado, o en la que su plataforma de comercio electrónico daba fallos. No eres la única persona que ha tomado una decisión drástica tras una mala experiencia, de hecho cuando el servicio al cliente es nefasto, esta se convierte en una razón para dejar de comprar o recomendar una marca.
Está claro que la perfección no siempre es alcanzable, pero hay una serie de estrategias que deben implementarse para lograr que el servicio al cliente sea de 10:
Atención omnicanal: no es suficiente con tener un teléfono disponible en horario de oficina, los consumidores entran en contacto con una marca a través de diferentes canales, tanto en línea como presenciales. Por lo tanto, si quieres posicionar tu empresa como comprometida y accesible, no olvides serlo en diferentes espacios, desde Facebook hasta el email pasando por un formulario web.
Respuestas garantizadas en el mínimo tiempo posible: cualquier comentario de un consumidor debe ser contestado y además sin una larga espera. Por supuesto, esto no quiere decir que por contestar rápido se conteste mal, sino que hay que optimizar el proceso para que este sea de calidad.
Foco en la solución: puede haber situaciones en las que el cliente no reciba la solución que esperaba para su problema, pero debe a cambio obtener algo positivo, aunque eso simplemente sea la sensación de haber sido escuchado.
Escucha activa: los equipos de atención al cliente siempre deben estar abiertos a escuchar tanto los buenos como los malos comentarios. Esa información que el consumidor da resulta imprescindible para definir las fortalezas y debilidades de la marca.
Crea experiencias de marca, no ventas
La conexión con el cliente se genera a través de la experiencia, no solo de la venta. Por eso como marca no solo hay que enfocarse en vender, sino en aportar y en la experiencia que se crea alrededor de (pero no únicamente en) la venta.
Un ejemplo de esto es Starbucks, que no solo ofrece un buen café, sino todo un ambiente que invita a la creatividad y un equipo de trabajadores que individualiza el trato al cliente simplemente escribiendo su nombre y una carita sonriente en los vasos.
Emular a Apple o Starbucks no es complicado si se aplican estos consejos:
Presta atención a cada elemento que influye en la experiencia, desde el olor de una tienda hasta el diseño UX y SEO de una web pasando por el lenguaje que usan tus empleados para comunicarse con el cliente.
Ofrece un valor añadido: este puede ser un descuento en la siguiente compra, consejos de uso del producto o servicio a través de redes sociales o email marketing, servicio técnico gratuito gracias a una garantía ampliada o la personalización de aquello que la marca ofrece.
Busca la diferenciación: cualquier marca puede vender lo mimo que la tuya, así que haz que la experiencia sea ese valor diferenciador.
Conclusión: el gran arte del branding
A lo largo de este artículo hemos visto como cada elemento del branding influye en la creación de una marca de éxito.
Al dominar el arte del branding, podrás transformar tu negocio en una marca sólida y memorable. Deja una huella duradera en la mente de tus clientes y alcanza el éxito empresarial que deseas. ¡El branding es la clave para destacar y perdurar en el mercado!
Como consumidores uno de los grandes dramas es ir al supermercado como cada semana y descubrir que uno de tus productos favoritos ha sido descatalogado. Como marcas, ese drama puede convertirse en una oportunidad. ¿Cómo? Valorando como se merece el papel del consumidor en el branding.
Mercadona es un ejemplo de ello. Muchas veces la gran cadena de supermercados ha retirado un producto de sus estantes y se ha encontrado con sus clientes a pie de guerra, pidiendo en redes sociales la vuelta de aquello que tanto les gustaba.
Esto le ocurrió con su famosa Salsa Brava, que desapareció de las tiendas ante la mirada decepcionada (y algo enfadada) del público. Mercadona puso en marcha su estrategia de escucha al cliente, que siempre ha jugado a su favor, y volvió a fabricar y vender el alimento que tanto gustaba.
Pero el de Mercadona es solo uno de los muchos ejemplos de la importancia de integrar la opinión del cliente en la estrategia de marketing digital y branding de una marca. En este artículo te contamos cómo y por qué aplicar este método de escucha y co-creación.
El consumidor como co-creador de la marca
Lejos han quedado las marcas que no tenían en cuenta la opinión de sus consumidores. Lo innovador (y lo eficiente) ahora es co-crear valor con el cliente, haciendo que este se sienta parte de la marca. Los beneficios de hacerlo así son múltiples, desde una mayor implicación y conexión del público hasta una marca más sólida, reconocible y valorada.
Sam Cook resume esta idea a la perfección con esta frase:
«Los consumidores construyen marcas. No empresas.»
Scott Cook
El papel del consumidor en el branding: ¿qué es?
La incorporación del consumidor y sus opiniones en el branding es un pilar esencial de las nuevas estrategias de marketing.
La idea principal y en a que se basa la estrategia es colocar al consumidor en el centro de la innovación. Es aquello que dice sobre la marca y sobre el producto/servicio que esta ofrece el motor del cambio.
No obstante, también puede ser un cambio significativo, como cuando también Mercadona ha innovado creando productos muy demandados pero que no tenían una versión «asequible» en supermercados, por ejemplo la mantequilla de cacahuete 100% o el edamame congelado.
¿Por qué es importante el consumidor en el branding?
Una marca existe y es relevante siempre que haya consumidores que interactúen con ella. Por esa interacción se puede entender la compra pero también el simple hecho de ser recordadas. Un ejemplo es Coca-Cola, una marca que es conocida y valorada por todo el mundo, incluso quien no la compra pero disfruta de sus anuncios navideños.
La importancia del consumidor en el branding por lo tanto radica en que es ese consumidor quien elige a la marca. Por ello, conocer a tu buyer persona y tener en cuenta lo que este piensa son aspectos claves para el éxito. No hacerlo implica un gran riesgo: crear una marca cuya identidad o valores no conecten y por tanto no se vendan.
La era de la participación: cómo los consumidores están moldeando las marcas
La gran tendencia del marketing y el branding del siglo XXI es favorecer la participación del consumidor en la creación de la marca. Al fin y al cabo la marca es mucho más que un logotipo. El poder del branding radica también en la mente del consumidor, que es quien se forma una imagen de esa marca, le da un valor y la interpreta.
Los grandes estrategas empresariales consideran fundamental valorar y moldear las asociaciones de la marca que el cliente o usuario establece en su pensamiento. Son esas asociaciones al mismo tiempo las que moldean el valor de la marca. Por lo tanto, es una relación que va en las dos direcciones y que es horizontal.
Escuchando a tu audiencia: la importancia de la retroalimentación del consumidor
El branding siempre había sido una tarea de los equipos de marketing de una empresa. En cambio, en la actualidad se busca un enfoque trasversal en la que todos los departamentos participen en mayor o menor medida. Este cambio de mentalidad se debe principalmente a la necesidad de incorporar el discurso del consumidor en la co-creación de la marca.
El equipo de atención al cliente y el de ventas se incorporan al proceso de branding, pues ellos son quienes poseen los datos de los clientes y quienes escuchan de cerca sus opiniones. Se crea así un espacio de retroalimentación que puede darse en diferentes formas: escucha a través de redes sociales, focus groups, pruebas en entornos controlados, etc.
El monólogo de la marca se ha convertido en un diálogo bidireccional entre marca y consumidor. Esta comunicación debe ser profunda y basarse en un conocimiento detallado del cliente. Estos son algunos otros beneficios consecuencia de la retroalimentación con el consumidor:
Mayor satisfacción del cliente o usuario, que genera un sentimiento de pertenencia de la marca al saberse escuchado y ver sus necesidades atendidas.
Innovación constante y, sobre todo, coherente con la marca y con lo que se espera de ella.
Aumentode lalealtad hacia la marca, pues los consumidores sienten que han aportado a crear el valor de la marca y que esta a su vez los valora a ellos.
Co-creación en acción: ejemplos de marcas que involucran activamente a sus clientes
Mercadona es uno de los grandes ejemplos del éxito que conlleva la co-creación. Además, es también prueba de que ese intercambio debe darse de diferentes formas y en diferentes contextos.
La empresa de alimentación permanece muy atenta a los que los clientes opinan en redes como TikTok, en la que no son pocos los creadores que graban vídeos probando las últimas novedades de la marca.
También utilizan una estrategia de lanzamientos basada en la escucha del consumidor: eligen en qué tiendas o ciudades empezar a vender un nuevo producto como «prueba» y, una vez medido el grado de aceptación del nuevo alimento, este se lanza al resto del territorio.
Este foco en el cliente sin duda ha ayudado a la empresa a conseguir los números que han conseguido en los últimos años (en 2021 generó el equivalente al 2,1% del PIB) y ser valorada como una marca líder y reconocida incluso por quienes no compran habitualmente en ella.
No obstante, hay otras marcas cuyas estrategias de marketing y branding también involucran activamente a sus clientes.
El papel del consumidor en el branding: ejemplos
Grandes marcas han dejado grandes ideas sobre cómo introducir al cliente como centro de la estrategia de branding:
Coca-Cola: hace unos años la marca de bebidas prometió retirar gradualmente el aceite vegetal bromado (BVO) de algunos de sus productos. La decisión fue tomada a raíz de que una clienta lo solicitase e iniciase una petición en change.org para hacerle llegar su sugerencia a la marca.
Victoria’s Secret: la empresa de lencería llevó a cabo un rebranding que afectó a su identidad y valores de marca tras percatarse de que sus clientas estaban en contra de aquello que la marca mostraba como aspiracional (por ejemplo, el uso de modelos muy delgadas).
Wendy’s: la cadena de comida rápida descubrió que la sal marina tenía mejor aceptación entre la sociedad que la sal «normal», por lo que la introdujo en sus recetas y lanzó una potente estrategia para anunciarlo.
Samsung: la marca de móviles coreana presta mucha atención a lo que se dice sobre ella. Esto les resulta muy beneficioso a la hora de lanzar un nuevo modelo o de actualizarlo con nuevas funcionalidades.
Shein: desde China hasta el mundo, esta marca de comercio electrónico debe gran parte de su éxito a haber sabido leer e interpretar los comportamientos de los usuarios en redes sociales. La razón es que su audiencia (la generación Z) está en esas plataformas por lo que de allí saca información sobre lo que buscan o qué consideran tendencia. Su influencia ha sido incluso reconocida por la prestigiosa revista Time.
Experiencias de marca centradas en el consumidor
Si algo podemos aprender de una gran marca como Apple es que la experiencia de marca debe centrarse en el consumidor. Un buen marketing puede atraer e incluso convencer, pero la decisión final la toma el usuario o cliente, y esta estará determinada por la experiencia que esté viviendo con la marca.
Steve Jobs sabía esto y por eso creó una experiencia de marca cuyas directrices sigue respetando Apple hoy en día. Cuando vas a una tienda de Apple te encuentras con empleados muy dispuestos a ayudarte y que te ofrecen la solución que buscas o, si no esa misma, una igualmente beneficiosa. De esta forma priorizan crear vínculos entre marca y consumidor más allá de la compraventa.
Personalización y adaptación: creando experiencias únicas para cada consumidor
Crear experiencias memorables para el consumidor es el resultado de estrategias de marca efectivas y eficientes. Para ello, hay dos aspectos que son clave: la personalización y la adaptación. Aunque se creen directrices generales, el cliente debe sentirse único. ¿Cómo lograrlo?
Constancia: una sola acción no es suficiente para crear una buena experiencia. Cada vez que el cliente entre en contacto con la marca, debe sentir esa exclusividad y esa individualización del servicio. Si no, sus expectativas no se cumplirán y se quedará únicamente con esas veces en las que la experiencia no fue buena en lugar de con aquellas en las que sí lo fue.
Autenticidad: un valor que va muy ligado a la humanización. El consumidor busca que la marca cumpla sus promesas, que deben ser únicas y no una copia de lo esperable.
Atención al cliente: un cliente entra en contacto con una empresa en numerosas ocasiones (redes sociales, web, escaparates…) pero las ocasiones más importantes son en las que requiere de ayuda y de atención. Para asegurarse de que sean buenas experiencias, el servicio al cliente debe ser de diez.
El viaje del cliente: mapeando y mejorando los puntos de contacto clave
La experiencia del cliente está conformada por todas esas veces que la persona entra en contacto con la marca. Cada uno de esos puntos de contacto forman parte de su viaje y deben tenerse en cuenta para ofrecer una experiencia adecuada y fidelizar así al cliente.
El mejor modo de hacerlo es crear un mapa gráfico en el que se señalen y resuman todos estos puntos, estableciendo el cómo, el dónde y el cuándo se dan. Por lo general, se considera que el viaje consta de cinco etapas según el tipo de interacción y conocimiento del consumidor:
Conciencia: el consumidor tiene y reconoce una necesidad propia e investiga dónde y cómo puede solventarla. En esta etapa entra en contacto con la marca, que debe aportarle contenido relevante para ser reconocida. Este contacto suele darse en plataformas como redes sociales o una web.
Consideración: la marca pasa a tener un contacto más directo con el cliente, pues este ya la conoce y está considerándola. Por lo tanto, el objetivo es que esta fase del viaje aporte más información (y más concreta) al consumidor, ayudándole y dirigiéndole en la toma de decisión.
Compra: es uno de los puntos de contacto más importantes y las estrategias de marca suelen enfocarse en ella, aunque es importante no perder de vista el resto. Es fundamental que una vez se ha decidido la marca ofrezca al cliente aquello que le ha prometido y que le haga de una manera memorable (en este sentido cobran especial importancia factores como el packaging, la velocidad de envío, la amabilidad y asesoramiento de los empleados, etc.).
Retención: que el consumidor haya comprado una vez no quiere decir que el viaje haya terminado. Hay que favorecer que la experiencia sea más larga y se produzcan más contactos. Para ello, es importante el servicio de post-venta, hacer un buen seguimiento y trabajar la fidelización.
Recomendación: un cliente contento es como un influencer (incluso mejor). Sus recomendaciones pueden hacer que otra persona inicie el viaje con la marca, por lo que habrá que ofrecer una experiencia igual.
Más allá de la transacción: construyendo relaciones duraderas con los consumidores
¿Sabías que es más rentable fidelizar y mantener un cliente que conseguir uno nuevo? Por lo tanto, los esfuerzos de la marca (y también la inversión en marketing digital y branding) deben dirigirse a construir relaciones duraderas con sus consumidores. Para ello el contacto no solo debe ser cercano, sino que la calidad debe permanecer inalterable y, si cambia, siempre debe ser a mejor y según lo deseado por el cliente.
En este sentido, el marketing relacional se ha posicionado como el más adecuado. El objetivo de sus estrategias está en la relación que se establece con el cliente, y no solo en la compra. Para que esto sea así, los expertos consideran imprescindible conocer al consumidor y practicar una escucha activa. También venfundamental desarrollar la transparencia, la innovación o el compromiso como valores de marca.
En conclusión, de nada sirve un gran call-to-action que genere compras en la web de una marca si después no hay una encuesta de satisfacción para conocer la opinión del cliente ni una buena estrategia de email marketing para mantener el contacto.
Construyendo una comunidad de marca
Una comunidad de marca es mucho más que una base de clientes. Es un conjunto de personas que comparten los valores de la marca, se identifican con ella y se sienten parte de ella.
Crear una comunidad de marca implica no solo facturar más gracias a la confianza ganada, sino también conocer mejor a los consumidores y poder establecer relaciones de valor con ellos.
La clave principal para construir esa comunidad es encontrar y explotar estratégicamente el valor añadido que la marca aporta a esas personas.
Fomentando la lealtad: cómo convertir a los consumidores en embajadores de la marca
Cuando una persona forma parte de la comunidad de una marca y se identifica con ella, genera una lealtad hacia dicha empresa. Esto lo convierte a su vez en un embajador de su valores y de sus productos o servicios.
Para potenciar que así sea, se pueden desarrollar varias estrategias:
Fomenta la participación: el consumidor debe sentir que la marca escucha lo que dice y que le cede espacios para opinar. Para ello, es importante enviar encuestas, contestar a comentarios en redes sociales o hacer un buen servicio de postventa.
Destaca sus triunfos: esta estrategia es especialmente recomendable para empresas B2B que ofrecen servicios a otros negocios. Con aquellos clientes que han resultado ser un éxito, se pueden publicar estudios de caso en los que destacar no solo lo aportado por la marca, sino también por el cliente.
Crea programas de fidelización y referencia: ofrece descuentos, regalos o pon en marcha un programa de afiliación para aquellos clientes que recomienden la marca.
Creando espacios de participación: comunidades en línea y eventos de marca
La digitalización ha favorecido la creación de comunidades en línea, algo que las marcas potencian gracias a las redes sociales y a la facilidad de conexión que estas aportan.
No obstante, esa facilidad de conectar a través de internet también resulta un reto, pues puede carecer de humanización. Para que esto no ocurra y las comunidades en línea representen siempre una oportunidad, las marcas deben construirlas de manera estratégica y, cuando sea posible, apostar por la organización de eventos offline.
Estos espacios fuera de redes generan una conexión más profunda y humana, pues la comunidad puede «poner cara» a aquellas personas que están detrás de la marca.
Además, está demostrado que cuando la relación se ha dado también en el plano offline, el compromiso es mayor y dura más. Para que así sea, es fundamental favorecer que la conexión y la comunicación permanezcan después del evento, por ejemplo, creando un canal de difusión para los asistentes y ampliando así el espacio de participación.
La voz del consumidor: aprovechando las opiniones y testimonios para fortalecer la marca
La voz del consumidor siempre está ahí, la cuestión es escucharla y que esa escucha sea efectiva. De este modo, las opiniones y testimonios de los clientes se convierten en una herramienta para fortalecer la marca, tanto si son buenas como si son malas.
Las malas sirven para para encontrar los puntos de mejora. Los clientes, sobre todo los comprometidos y leales a la marca, en sus opiniones incluyen información específica sobre aquello que no les parece bien, aportando ideas sobre cómo cambiarlo y detallando las necesidades que no se cubren.
Las buenas dan información sobre aquello que debe mantenerse. Además, estos testimonios positivos pueden formar parte de la estrategia de marketing y branding, pues atraen a clientes nuevos.
Recuperando el ejemplo de Mercadona, la empresa valenciana utiliza a su favor todo tipo de testimonios. Es así que consigue cubrir las necesidades de su audiencia.
Cómo incorporar la voz del consumidor en tu branding
¿Quién no mira las reseñas de clientes anteriores antes de tomar una decisión de compra? Todo el mundo lo hace, y las marcas lo saben. Sin embargo, solo algunas explotan realmente este recurso e incorporan la voz del consumidor en su estrategia de branding.
Si quieres que la tuya sea una de esas marcas, aquí tienes algunas ideas de campañas:
Crea posts de Instagram con opiniones y reseñas que clientes hayan dejado en Google MyBusiness o plataformas similares.
Incluye una sección en la web de tu marca en la que los clientes puedan valorar lo que han comprado y leer los testimonios de otras personas.
Construye un canal de participación con tus clientes más fieles y consúltales decisiones sobre branding antes de hacerlas.
El primer error que muchas marcas cometen es pensar en que el influencer solo es aquel con una gran base de seguidores en redes sociales. Si atendemos a una definición exacta, lo es. No obstante, influencer en un sentido más amplio es una persona que influencia y cuyas recomendaciones son escuchadas por otras personas. Por lo tanto, un cliente feliz que elogia una marca, también podría considerarse un influencer.
En consecuencia, el papel del consumidor en el branding vuelve a cobrar protagonismo.
El impacto de las recomendaciones de los consumidores en el branding
Un estudio de Nielsen estableció que más de un 90% de la sociedad confía en las recomendaciones de familiares, amigos y otros compradores anónimos a la hora de hacer una compra. Por lo tanto, si un consumidor recomienda una marca de manera orgánica a su círculo más cercano (o a través de una reseña), se pueden conseguir más clientes (o al menos mejorar el posicionamiento de la marca en la mente del consumidor). Los beneficios del marketing de recomendación son múltiples:
El cliente que llega recomendado lo hace más convencido.
El cliente que recomienda lo hace desde un sentimiento de lealtad hacia la marca, por lo que a su vez tiene más posibilidades de volver a comprar.
Una marca recomendada aumenta su tasa de conversión y retención a nivel general.
Se incrementa la base de clientes.
Se reduce el coste de adquisición de nuevos clientes.
Para potenciar las recomendaciones, es clave pensar en cada cliente como un embajador de marca. Por lo tanto, hay que ofrecer recompensas. Algunas ideas son códigos de descuento, acceso a ofertas exclusivas, regalo en su siguiente pedido o envíos gratis. Un ejemplo de esto es iGraal, la plataforma de cashback que por cada amigo que invitas te regala 5€. O Qonto de 50 hasta 80€ por cada nueva cuenta.
Influencers y embajadores de marca: asociaciones estratégicas para llegar a nuevos públicos
Aunque ya hemos visto que un consumidor puede ser, de un modo concreto, un influencer, es cierto que los creadores de contenido son apuesta segura y estratégica para llegar a nuevos públicos. Esto es especialmente recomendable para marcas emergentes o aquellas que, aunque ya tienen una base de clientes, preparan un lanzamiento o quieren hacer una incursión en un nuevo segmento de mercado.
Si estás desarrollando la estrategia de influencer marketing de tu marca, debes tener en cuenta lo siguiente:
Busca influencers cuyos valores, seguidores y contenidos sean similares a los de tu marca. De otro modo, la campaña no resultará creíble.
Elige las redes sociales en las que llevar a cabo la estrategia. Aunque un influencer tenga presencia en más de una, según el objetivo de la campaña resultará más conveniente un formato u otro.
Pide estadísticas para hacer una valoración inicial del alcance esperado.
Manda un briefing detallado al influencer para que el contenido creado tenga la información adecuada y transmita el mensaje de marca.
Controla el progreso de la campaña y mide sus resultados, estos te ayudarán para acciones futuras con influencers.
Marketing de boca en boca en la era digital: estrategias efectivas para aprovecharlo
Quizá no lo creas, pero Zara apenas invierte en publicidad. Solo lo hace en momentos muy concretos del año y de manera no masiva. En cambio, confía en el boca a boca (y en el ojo a ojo) para aumentar su economía.
Su velocidad de producción, que hace que cada dos semanas lleguen nuevos productos a las tiendas, hace que la gente vea a otras personas llevando las novedades y quiera comprarlas.
El ejemplo de Zara es uno de los muchos que prueban que el boca a boca sigue funcionando en la era digital. Porque la realidad es que la recomendación de un compañero de trabajo o de un colega sigue siendo relevante y nos hace tomar decisiones de compra. La cuestión es saber aprovecharlo y optimizarlo para que genere los resultados que la marca busca:
Define bien a tu público objetivo para poder ofrecerle una experiencia que le convenza de recomendarte. La confianza generada por el buen servicio hará que esa persona te recomiende a personas similares a ella y, por tanto, también parte de tu público objetivo.
Crea comunidad a través de las diferentes plataformas sociales. La facilidad para compartir contenido en ellas las hace el lugar perfecto para potenciar esas recomendaciones entre consumidores.
Encuentra a los consumidores que son embajadores y ofréceles un incentivo por esa ayuda que te están aportado. Ese incentivo puede ser un descuento, pero también el hecho de reconocerles como fieles a la marca contestando sus comentarios en redes, por ejemplo.
Conclusión: todo lo que debes saber sobre el papel del consumidor en el branding
El paradigma de las marcas ha cambiado. El éxito ahora recae en un buen branding que tenga en cuenta y ponga en el centro al cliente.
La opinión de los consumidores actúa así como motor de cambio y como base para establecer una estrategia de marca efectiva.
¿Cómo incorporas la voz del consumidor en tu marca? ¡Déjanos un comentario!